Adolfo Ramos. Novillero

"En estos casos hay que andar con más habilidad que pureza"

  • Tras su 'bautizo de sangre' este joven novillero ha aprendido una importante lección; ingresado ahora en el Gálvez, sólo piensa en recuperarse para reaparecer

Durante la lidia del tercero de la primera de abono, resultó cogido al ejecutar la suerte suprema el novillero formado en la escuela taurina malagueña Adolfo Ramos (5/5/1990). Era su presentación con caballos en La Malagueta, tras su reciente debut con picadores en su Melilla natal el pasado 22 de mayo. El novillo, un manso de libro, estaba aculado en tablas. El bisoño espada había estado firme durante la faena, se tiró encima para matar y el animal lo empitonó. El espada fue atendido en la enfermería del coso por el doctor Juan Pedro Luna, quien firmó el parte siguiente: "Herida contusa en la cara anterointerna tercio medio del muslo derecho con una trayectoria de diez centímetros que lesiona fibras del vasto interno, abductor mayor y menor y penetra en el canal de Hunter, sin lesionar vasos femorales. Pronóstico menos grave". Ayer, ingresado en la Clínica Gálvez, atendió a este periódico. Es un hombre de pocas palabras, tímido, pero lo que dice lo dice con contundencia. Pese a todo, ayer se mostraba tranquilo.

-¿Cómo se encuentra?

-Muy bien. De momento bien.

-Fue su bautizo de sangre, ¿no?

-Sí, la primera vez que me pegan una cornada.

-¿Qué le pasa ahora por la cabeza?

-Lo único que pienso es en recuperarme bien y lo más pronto posible y responder para los siguientes compromisos.

-¿Cómo vio la cornada?

-Entré a matar y me vi colgado del pitón y la reacción fue engancharme al pitón para que no penetrara más. Al cogerme ya sabía que llevaba una cornada. Me metí para el callejón y ya me llevaron a la enfermería y me operaron.

-Los toreros siempre dicen que lo peor de las cogidas es no saber dónde estuvo el fallo, ¿sabe cuál fue el suyo?

-Sí. El novillo estaba muy rajado, aculado en tablas, y no quería salir. Y claro, lo tuve que matar al hilo de las tablas y la única reacción del toro era buscarte por donde va a salir. Por las tablas no podía. Buscaba defenderse por fuera. Cuando fui por él me enganchó. Me cazó en la pierna.

-¿Saca alguna conclusión?

-En estos casos hay que andar con más habilidad que pureza.

-¿Cómo se sintió durante la faena?

-Bien. El novillo tampoco fue de los que uno espera para una plaza tan importante como la de Málaga, pero bien. Me encontré a gusto delante.

-¿Estaba nervioso ante su presentación en La Malagueta?

-Mas que nervios sentía la responsabilidad y las ganas de estar bien. Quería responder a la expectativa.

-Me dijeron que le vieron muy tranquilo en la enfermería, ¿Cómo vivió aquellos momentos?

-La verdad que bastante tranquilo. No imaginaba como actuaría ante mi primera cornada, pero respondí bastante tranquilo. En todo momento tenía buen ánimo. Veía que la herida no sangraba y eso me tranquilizaba.

-¿Quién le acompañó?

-Mi apoderado, Javier Pérez; Fernando Cámara (director artístico de la escuela taurina de Málaga y ex matador de toros); el banderillero José Antonio Chicolina y Oscar Plaza (director de la escuela taurina de Málaga).

-¿Recuerda algo de lo que decían?

-Sobre todo palabras de tranquilidad. Me repetían que la herida no parecía grave.

-Saúl Jiménez Fortes le brindó la muerte del toro que usted no pudo matar. Le dio la montera a Oscar López, ¿se enteró en el momento?

-En ese momento vino Oscar con la montera y me lo dijo.

-¿Qué periodo de recuperación tiene o se marca?

-Los médicos me han dicho que por lo menos una semana para empezar a entrenar. Dos o tres días de reposo absoluto y luego empezaré a caminar.

-¿Le afecta a sus compromisos?

-El 22 tenía una novillada pero es muy precipitado. Era en Santa Cruz de Arretama, en Toledo. El 28 espero reaparecer en Robledo de Chavela, en Madrid. Para esa lo más seguro es que sí llegue. La siguiente sería el 2 en Melilla.

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