Feria de Málaga

El rincón de los pequeños

  • La Feria infantil , localizada en el Paseo del Parque, oferta diversos talleres todas las mañanas en los que la diversión y el aprendizaje están garantizados

La Feria de Málaga dedica un pequeño rinconcito en el que los más pequeños se convierten en los protagonistas del festejo durante unas horas. Bajo una gran carpa situada en el Paseo del Parque, niños y mayores pueden disfrutar de un mundo mágico en el que el entretenimiento y la educación se funden en uno. Desde las 12:00 hasta las 15:30 las actividades no cesan, da igual si se tiene 4 o 40 años: la diversión está siempre garantizada.

Bajo el lema de La ciencia es divertida, la doctora Van Der Gar y su ayudante, Manolo, proponen una gran variedad de actividades educativas y de entretenimiento. ¿Cómo explicarle a un niño de cuatro o cinco años cuál es la tercera Ley del Movimiento de Newton? Para estos profesores y, a la vez, animadores, es muy fácil: sólo hace falta una botella de plástico, un poco de agua y una bomba de aire. En muy pocos minutos explican a todos los niños la ley del científico y, además, se refrescan con el agua que sale disparada de la botella. Otro de los experimentos científicos que se pueden ver es como al mezclar el bicarbonato con el vinagre se consigue una masa sólida, algo que sorprende tanto a pequeños como mayores. "A mí me gusta mucho la ciencia, de mayor quiero ser un científico para hacer muchos experimentos y mezclar cosas", aseguró Alejandro, un niño de 6 años que asistió al espectáculo.

Pero hay otra actividad que es la preferida por gran parte del público que se acerca, el Teatro de Marionetas. Tras más de 18 años participando en la Feria infantil, esta función de guiñoles tradicionales divierte tanto a niños como mayores. Con viejas historias como La bruja y el pirata, está garantizada la risa y la diversión acompañadas siempre de una gran moraleja. La amistad, el amor, la verdad y la diferencia entre lo bueno y malo son algunas de las lecciones que se pueden aprender.

"Cuando tenía unos 10 años me escapé de casa junto con mis dos hermanos para poder ver la representación de La bruja y el pirata, porque mi madre me castigó y no me dejaba ir", confesó un joven de 17 años, que ahora participa en algunas de las actividades de la Feria.

La magia es otra de las ofertas que presenta esta gran carpa. Trucos como dividir una cuerda y que tras una palabras mágicas aparezca de nuevo unida es uno de los trucos que más sorprenden a los pequeños. "No sé como lo ha hecho. Yo he visto cómo dividía la cuerda y después estaba otra vez entera, eso es magia de verdad", afirmó Javi, de 11 años. Pero si se quiere aprender a hacer magia, sólo hay que acercarse al taller para conocer algunos de los trucos que los magos realizan durante la función. "Quiero ser mago, pero de los que cortan a la gente y luego salen bien", aseguró el pequeño Manuel, de 8 años.

A qué niño no le gusta un buen cuento y más si se convierte en el protagonista de la historia. Eso es lo que sucede en el cuentacuentos. Mediante una representación teatral, entre risas y moralejas, los niños se suben al escenario e interpretan el papel de alguno de los personajes de la historia. "Yo he sido la princesa y me ha gustado mucho" afirmó Sara, una niña que ha intervenido en las funciones.

Pero también hay muchísimos juegos. Uno de los talleres, la Pequeteca, es un espacio reservado para la diversión de los niños. Con juegos distribuidos por diversas mesas, los niños pueden descansar y jugar un rato, mientras se preparan para la siguiente función. Los castillos inflables son otros de los juegos que se localizan en el Paseo del Parque. Con cuatro estilos diferentes, los más pequeños pueden ir agotando sus energías entre saltos.

Y para terminar con el recorrido, qué mejor que darse una vuelta en el tren chu-chú, en el que tanto mayores como pequeños pueden realizar un pequeño viaje por el Paseo del Parque y la Alameda. Está claro que la diversión está garantizada y que en este rincón de Feria, "la única diferencia entre adultos y niños son el precio de los juguetes", aseguró Alberto Díaz, el responsable del teatro de marionetas.

"Desde hace cuatro años traigo a mis hijos a esta feria del Parque porque no sólo se divierten ellos, sino que nosotros también pasamos un buen rato. Es como volver por unos momentos a recuperar la inocencia que hemos perdido con el paso de la edad", afirmó Víctor, padre de algunos de los niños.

Además, si se tiene una cámara de fotos, se puede retratar a los pequeños en algunos de los carteles que hay distribuidos a lo largo del Paseo del Parque.

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