Crítica 'Salvo'

Italia, cómo te va contu dolor

Salvo. Drama, Italia, Francia, 2013, 103 min. Dirección: Fabio Grassadonia, Antonio Piazza. Intérpretes: Saleh Bakri, Luigi Lo Cascio, Sara Serraiocco, Giuditta Perriera.

Ración de cine italiano malo, triste, antiguo y sobrevalorado. Y es que Salvo participó en la Semana de la Crítica de Cannes (!) y ganó el concurso (!), lo que ofrece un mensaje claro del estado de cosas en los festivales y entre los críticos que se venden por una bolsa de diseño y un sobre de tickets de comida. Salvo, que ha necesitado de dos directores, es el clásico thriller de tipo duro con niña ciega -ese auténtico subgénero televisivo que ha coloreado nuestras más narcóticas sobremesas -, lo que no deja de ser conmovedor y ofrecería una deriva vintage no exenta de humor y alegría si los responsables del asunto supieran amar la vida y no la muerte, si disfrutaran rodando y no cogiendo polvo detrás de una cámara que parece estar tomando planos en 1983.

El problema es el de siempre, tontamente expresado de la siguiente manera: es difícil tomarse en serio una película que se toma tan en serio a sí misma. Y sobre todo si lo hace con estos materiales de derribo (¿pero es que nunca nadie ha tratado con una persona ciega? Pocas veces les verán hacer una mueca) y con estas metáforas preescolares.

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