Fórmula 1

El accidente de Bianchi reabre el debate sobre la seguridad en la F1

  • Algunos pilotos y representantes de equipos se quejaron tras el GP en Suzuka de la mala visibilidad. La escudería Marussia pide "paciencia y comprensión" ante el estado del piloto.

El accidente del francés Jules Bianchi en Japón reabrió de nuevo el debate sobre la seguridad en la Fórmula 1. Algunos pilotos y representantes de equipos se quejaron tras el Gran Premio en Suzuka del domingo de la mala visibilidad, pues la caótica carrera bajo la lluvia estaba aún en pleno desarrollo cuando las condiciones de luz decayeron. "Pusieron fin a la carrera demasiado tarde", criticó el brasileño Felipe Massa, piloto de Williams. El ingeniero del equipo británico Rob Smedley habló de las condiciones de luz más oscuras en los 15 años en los que llevaba en la Fórmula 1.

Los medios internacionales reaccionaron conmocionados y muy críticos por el duro choque del piloto de Marussia. "El accidente de Bianchi nos recuerda que la Fórmula 1 puede ser mortal", tituló el diario inglés The Telegraph. El italiano La Gazzetta dello Sport habló de "drama" y "pesadilla en Suzuka". Il Corriere dello Sport hizo incluso directamente responsable a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA): "Bianchi en peligro de muerte, la FIA bajo acusación".

La única información sobre el estado de Bianchi es que es crítico pero estable, aunque el parte oficial de los médicos que lo tratan no se espera hasta el martes. El equipo Marussia pidió "paciencia y comprensión" a quienes reclaman información sobre el piloto, pues su intención es respetar el deseo de privacidad de la familia. Las novedades sobre la evolución del francés "serán comunicadas en coordinación con el Centro Médico General de Mie, en Yokkaichi, donde Jules está siendo tratado, cuando se considere apropiado", agregó la escudería rusa.

Bianchi sufrió graves lesiones en la cabeza al perder el control de su bólido en la parte final de la carrera e impactar contra una grúa que estaba apartando otro coche accidentado, el Sauber del alemán Adrian Sutil. El piloto fue trasladado al hospital, donde según algunos medios, fue operado con éxito. Las extremas condiciones del Gran Premio japonés eran previsibles. Primero, porque incluso con buen tiempo, el sol en Suzuka se pone hacia las 17:30, por lo que una carrera que empieza a las 15:00, si sufre interrupciones, como sucedió el domingo, puede llegar muy justa de luz al final.

Segundo, porque en esta ocasión los primeros signos del tifón Phanfone, sobre el que el servicio meteorológico de la Fórmula 1 llevaba advirtiendo todo el fin de semana, aún empeoraron más las condiciones. "Se podría haber empezado antes, sobre eso no hay discusión", advirtió el ex piloto Niki Lauda, jefe del consejo de vigilancia de Mercedes. La FIA, sin embargo, no pudo al parecer ponerse de acuerdo para adelantar el horario con los organizadores locales y los dueños de los derechos comerciales.

Que los pilotos de Fórmula 1 saben hacer su trabajo también sobre pistas mojadas lo han demostrado muchas veces. Pero cuando la visión se reduce por la oscuridad, el peligro es patente, ya que las zonas mojadas sobre el trazado son más difíciles de detectar. A eso se añade el riesgo de siempre en los trabajos de recuperación de bólidos con grúas o aparatos similares. Sin olvidar a los oficiales de carrera que para ayudar a sacar los coches entran en las zonas normalmente prohibidas a los peatones.

No obstante, el accidente de Bianchi fue una concatenación de sucesos negativos: lluvia, mala visibilidad, la grúa y, además, el hecho de que el francés impactó justamente en la parte trasera del vehículo tractor golpeándose al parecer con violencia en la cabeza. La parte izquierda del Marussia quedó completamente destrozada. Incluso el arco de seguridad ubicado justo detrás de la cabeza del piloto quedó roto.

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