Suele ser la estrella de los programas electorales y ésta no es una excepción. El capítulo dedicado a las infraestructuras es probablemente uno de los que más atención ha recibido por parte de los principales partidos. Y a la vista de las propuestas concretas, lo cierto es que los programas no difieren demasiado. Son los matices, los puntos en los que cada cual pone más el acento, los que los hacen distinguibles.

El PSOE asegura llegar a la cita electoral con los deberes hechos pero se propone seguir avanzando en el terreno de las obras públicas, sobre todo allí donde hay más déficit. Eso incluye la conexión con el Levante -por carretera y tren- y con Portugal, con la autovía Granada-Córdoba-Badajoz, probablemente su mayor apuesta. En materia ferroviaria, la estrella es el AVE, que pretenden convertir en realidad antes de la celebración, en 2013, del Milenario del Reino de Granada.

El PP insiste en su idea de avanzar lo máximo posible con el tren de la costa -para el que los socialistas sólo prometen un estudio de viabilidad- y se vuelca con el Metro, que pretenden hacer llegar a cuantas más poblaciones del Área Metropolitana mejor y, sobre todo, al aeropuerto. En carreteras, hablan de la mejora de la A-92 para convertirla en "autopista de nueva generación" y proponen un nuevo acceso a Sierra Nevada.

Izquierda Unida, fiel a sus postulados ecologistas, prefiere corredores verdes y Metro en lugar de circunvalaciones. Ve imprescindible el tren con Motril porque la A-44, aseguran, nace saturada, y se pronuncia a favor de la ampliación del puerto de Motril y del fomento de los vuelos de bajo coste.

Coalición Andalucista, por último, entiende que el Metro debe llegar, soterrado, al centro histórico, propone un acceso directo desde el aeropuerto hasta la autovía A-44 para potenciar la costa y, siguiendo con las carreteras, ve imprescindible mejorar la A-92, añadiendo en algunos tramos un tercer carril, y avanzar lo máximo posible en la salida hacia Córdoba y Badajoz.