Pasarela

David Delfín: mucho más que un indomable

Lo de David Delfín (Ronda, 1970) va más allá de la tela y el pespunte. Él mismo lo dice: "Si la moda sólo fuese hacer ropa, no trabajaría en esto".

El niño malo de Cibeles se ha convertido en el hombre imprescindible de la Madrid Fashion Week. Hasta el punto de que en la pasada edición, la 55, su desfile fue uno de los más seguidos, puro espectáculo, puro arte.

Bimba Bosé, Alaska y Mario Vaquerizo -tres de los "talismanes" de este malagueño- pusieron el broche de oro cantando Absolutamente al final del pase. La música de Fangoria es ya una "tradición" -como apunta la propia Alaska- en los desfiles de Davidelfín. Pero esta vez la amistad y el duende flotaban en el ambiente del Ifema de Madrid.

La tercera jornada de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid, la del pasado viernes 3, amaneció madrugadora y gélida (alrededor de dos grados bajo cero) en el parque ferial Juan Carlos I. El equipo de David Delfín, desde las costureras hasta las chicas de prensa, ultimaban detalles del desfile desde primera hora de la mañana. Bimba no ha faltado nunca a un desfile de su "amigo del alma"; ni el último Cibeles, que estaba embarazada. Pero la presencia de Alaska y Mario en el backstage presagia que la música también subirá a la pasarela esta mañana. "Habrá una sorpresa muy especial para cerrar el desfile", ha dicho el creador a los numerosos medios que le entrevistan y preguntan por su nueva colección, Will, apenas una hora antes de mostrarla al público.

David habla nervioso, anda de aquí para allá sin parar ni un minuto, pregunta "¿Esta es la última, no?" cuando recibe a otro periodista que quiere registrar sus declaraciones. "Es normal, trabaja tanto... y pone tantas expectativas en cada colección...", señala una chica de prensa. Después, él mismo lo confirma: "Soy muy perfeccionista. Quizás por eso cada vez me pongo más nervioso. No como, no duermo..." Tiene tantas ideas fluyendo en la cabeza, que no se centra hasta que no le pregunto por la crisis en el mundo de la moda. "Con mi ropa quiero abrir una ventana al optimismo. ¡Claro que notamos la crisis! Pero hay que seguir trabajando. Si antes dábamos el cien por cien, ahora tenemos que dar el doscientos por cien".

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