En una jornada inevitablemente marcada por la ausencia del modisto gibraltareño John Galliano, la marca que lleva su nombre presentó el viernes por la noche una colección para el invierno próximo pensada para el "hombre fuerte" y resistente, sea gánster, como Al Capone, o estrella estadounidense del deporte.

Sobre la pasarela se unieron los chaquetones de cuadros y de cuero, adornados a veces con cuellos de piel, primero sobre pantalones anchos, luego más estrechos. Zapatos de empeine metálico, superposiciones de caqui sobre prendas doradas levemente visibles, abundancia de boinas y conjuntos de estilo y tonos militares combinados con cascos de piloto y camisas doradas, fueron otros elementos Galliano defendidos por Bill Gaytten, el que fuese el más próximo colaborador del modisto caído en desgracia. Como en la ópera, algo que ocurre raramente ya en un desfile, el público aplaudió, una parte con ovaciones de entusiasmo; otra, más pequeña, con aparente descontento.

Galliano era la penúltima de las once firmas que el viernes presentaron sus propuesta en la Semana de la Moda para Hombre de París.