Diez años han transcurrido ya desde la primera edición de Operación triunfo. Pero Chenoa no lleva una década sobre los escenarios... lleva mucho más, pues bastante antes de que el concurso de talentos musicales la descubriera al gran público, ella ya cantaba en una orquesta. Además, procede de una familia en la que la música era como el agua: necesaria para la vida. Nunca ha ocultado que es feminista y que tiene carácter. Por eso, numerosas marcas de cosmética y belleza femenina cuentan con ella. Como es el caso de la última campaña de Dove. Pero resulta que Chenoa se identifica mucho con el tipo de mujer que propone esta firma: pendiente de su físico sin obsesionarse, natural y sencilla.

-¿Cómo es Chenoa cuando no trabaja? ¿Le gusta arreglarse mucho?

-Hooombre, me gusta estar bien. Pero si puedo prescindir del maquillaje, mejor. Así compenso que en mi trabajo tengo que ir todo el día maquillada. No soy muy sofisticada, pero tengo un estilo -creo- bastante claro y sé qué me sienta bien, y qué no me pondría nunca.

-¿Está de acuerdo, entonces, con la idea de cómo debe ser la mujer que predica Dove?

-Sí, creo que a las mujeres nos meten mucha presión para que siempre estemos maravillosas, trabajemos y seamos las mejores, porque somos esposas, mujeres, madres... Uufffff, ya es hora de que nos rebajen el listón. Resulta mucho más relajado cuidarse de forma natural, sacarnos partido de lo mejor que tengamos. Pero estar perfectas... eso es imposible.

-Bueno, usted es una mujer guapa y con éxito. No puede quejarse...

-¡En absoluto! Sé que tengo mucha suerte. Pero muchas veces el tratamiento de belleza más efectivo es relajarse, disfrutar de la gente que te quiere y de todo lo que has conseguido. ¡Yo también hay días que me veo fatal, como todas! Pero hay que echarle positividad.

-¿Es usted muy estricta a la hora de cuidarse? ¿Sigue una dieta a rajatabla, o practica algún deporte?

-Procuro estar atenta, pero no soy muy estricta, la verdad. Como de todo. Y tengo una tabla de ejercicios que intento hacer tres o cuatro veces por semana. Pero hay días que no tengo tiempo y no hago nada. En lo que soy más constante es con los cuidados faciales. Me hago un peeling una vez cada dos semanas y uso muchas cremas. Pero tengo que admitir que también me acompaña una buena genética.

-¿Estar enamorada también es una buena cura de belleza?

-A veces... sí (risas). Sobre todo estar rodeada de buena gente, gente que te quiere, de buen rollo.

-Su novio, Curi Gallardo, es gaditano, de Algeciras. ¿Le ha mostrado las excelencias que tenemos por aquí, por el sur?

-Sí. Bueno, yo ya las conocía porque había estado antes muchas veces en Cádiz, por ejemplo. Me encantan las playas de Conil y de Chiclana. También me vuelve loca Sevilla; Granada la conozco muy bien...

-¿Cuál es su secreto para haberse mantenido diez años en la música?

-Yo ya trabajaba antes, cantando en una orquesta. Pero imagino que, como en la vida en general, en este trabajo nunca hay que pensar que lo tienes ganado. Hay que estar siempre con espíritu de seguir aprendiendo, de seguir creciendo.

-¿No le gusta que le recuerden OT?

--Sí, ¿por qué no me iba a gustar? Le debo mucho de mi carrera. Pero quien venga a decirme que no sería nadie sin OT no conoce mi trayectoria en absoluto.