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Cuando el príncipe Harry reencontró a Chelsy...

La historia de amor entre el príncipe Enrique de Inglaterra, tercero en la línea de sucesión de la Corona británica, y la surafricana Chelsy Davy, es un romance plagado de idas y venidas. El hijo menor de la desaparecida Lady Di, de 25 años, es un chico joven y atractivo rodeado de polémica por sus comentadas adicciones y gusto por las juergas en las que abunda el alcohol y las chicas de buen ver, aunque dudosa reputación. Chelsy, por su parte, es hija de uno de los grandes terratenientes de Zimbawe, lo que creó controversia entre los británicos al principio de su relación con Harry. Después de casi seis años juntos, a pesar de las constantes rupturas y reconciliaciones, la pareja goza de gran popularidad en el Reino Unido. Así que el próximo año, el 2010, podría convertirse en el del anuncio del compromiso oficial. Al menos, después de superar la distancia y abundantes discusiones, no cabe duda de que la pareja va camino de encontrarse más consolidada que nunca.

El príncipe Harry encontró a Chelsy allá por el año 2004, cuando él estudiaba en el selecto colegio Eton y ella en Cheltenham Ladies' College, en Gloucestershire (Inglaterra).

A lo largo del tiempo que llevan juntos, la pareja ha protagonizado sonadas escapadas a varios puntos de la geografía africana, como Ciudad del Cabo o Mozambique. Y es que el comienzo de su noviazgo estuvo marcado, tras conocerse en el Reino Unido, por la distancia y por el afán de ambos por hacer cuantos kilómetros hicieran falta para reencontrarse. Así, Chelsy acompañó una vez a Harry durante un viaje oficial a Argentina. Como enamorados que están, también han realizado varios viajes románticos, como el de 2005 a las islas Mauricio.

Pero fue la rubia sudafricana la que decidió poner punto y final a su relación con el príncipe Enrique a principios de este año.

La mayoría de las hipótesis (incluída la de la prensa inglesa) señalan como causa de la ruptura el descontento de Chelsy por la falta de interés del príncipe en ella en ese tiempo. Se dice que él prefirió asistir a la final de la Copa Mundial de Rugby en París que a la celebración del 22 cumpleaños de su novia, que ya se había trasladado a vivir a Reino Unido para cursar su postgrado en la Universidad de Leeds. No obstante, también se barajó como detonante una posible infidelidad de Harry.

La vida del nieto de la reina Isabel II de Inglaterra no es lo que puede calificarse precisamente como tranquila y discreta, acostumbrado como está a estas alturas a aparecer en los tabloides británicos cada dos por tres por escándalos relacionados con sus supuestas adicciones a sustancias ilegales y con sus salidas por ahí de juerga. En el subconsciente colectivo permanecen numerosas imágenes en que se ha cacaptado al príncipe Enrique bajo los efectos del alcohol, vestido con un uniforme nazi e incluso en medio de una fiesta tocando los pechos a una chica. Algunas de sus declaraciones tampoco han sido lo que se dice acertadas como cabe esperar de un aspirante al trono de Inglaterra.

Con tales antecedentes, no es de extrañar que su 'amiga' desde hace casi seis años sea considerada como una chica rebelde y amante de la vida nocturna. Para seguir el ritmo al príncipe más díscolo de Inglaterra no hay una chica más perfecta. A pesar de todo, fuentes cercanas a la pareja sostienen que ella le quiere mucho.

Quizás por ello le haya perdonado -por enésima vez- y se les haya vuelto a ver juntos, primero sólo como amigos y más recientemente en actitud cariñosa de nuevo.

Al parecer él la 'bombardeó' con mensajes sms al móvil y con llamadas telefónicas en las que le pedía, reiteradamente, perdón. Se comprometió a no descuidar más la relación en lo sucesivo...y ella ha acabado volviendo a sus brazos.

La confirmación a la noticia se ha producido hace unos días, cuando Harry y Chelsy fueron vistos paseando por el barrio londinense de Notting Hill, cenando en un restaurante de la zona y posteriormente tomando unas copas con las primas de él, Beatriz y Eugenia, las hijas de Sarah Ferguson. Al hermano de Enrique, el príncipe Guillermo, y su novia ya los conoce también. Así como al príncipe Carlos e incluso a la reina. De modo que sólo resta que se decidan a dar el paso y formalizar la relación. ¿Habrá boda pronto?

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