Vicky Martín Berrocal, diseñadora y empresaria

"No quiero ser especial sino hacer algo especial"

  • 'Amar por amar' es el título de la colección que presenta en un Simof en torno al que, este año, circulan ciertas polémicas.

Después de ocho años presentando colecciones de flamenca, Vicky Martín Berrocal alcanza una madurez desde la que, este año, reconoce haber disfrutado mucho más el proceso de preparación de 35 vestidos que contarán con la magistral presencia de Laura Sánchez como modelo estelar. Dividido en cuatro partes, su desfile constituye una de las citas más atractivas de un Simof que celebra una edición 2012 en torno a la que se han escuchado ciertas protestas sobre, entre otras cosas, el precio de unas entradas que, en el caso que nos ocupa, asciende a 30 euros.

-Los pases para ver su colección figuran entre los más caros de Salón de la Moda Flamenca… ¿Qué le parece esto?

-Me ha cogido de sorpresa. Nadie nos preguntó al respecto y, cuando me enteré, ya estaban las entradas a la venta. La organización tendrá las respuestas. No estoy de acuerdo porque la diferencia la marca lo que presentas. No quiero ser especial sino hacer algo especial. Estaba con mis líos, preparando las cosas y supongo que, cuando se ha actuado así, se habrá pensado cuál es el pase que acaba con sus localidades en día y medio. Pasamos un momento complicado. Mi gente y yo nos sentimos muy emocionados y estamos deseando de que llegue el jueves a las ocho y media para ver si el aforo está a reventar. Es lo que desearía.

-Se le nota una actitud muy humilde en sus planteamientos…

-Es que la humildad te hace grande. Ésta es una labor de un equipo entero. Ha sido increíble organizarlo todo. Lo digo con lágrimas. Mi patronista, en doce meses, ha conseguido una costura impecable y tengo colaboraciones maravillosas como las de Aristocrazy, que no ha hecho nunca nada con nadie y ha apostado por mí, o los zapatos de Mariscal, donde han logrado unas plataformas de esparto de quince centímetros.

-Usted es una mujer con mucho carácter y, hasta cierto punto, rebelde… ¿La rebeldía se paga?

-Bueno, es que, a la vez, también soy noble. Algunos me cantaban Soy rebelde, de Jeanette (risas). Me muevo por impulsos, por emociones pero sin perder la esencia. Al final, la autenticidad me salva.

-¿Le ha ayudado su hija Alba dándole alguna idea?

-No. Es la única persona que la ha visto, eso sí. Hace una semana. Y me dijo: "No sé cómo, pero te has superado". Sé de moda porque mi madre me enseñó a amarla y a ella le pasa igual. El resto de mi familia y amigos están deseando que desvele algo pero guardo los trajes como un tesoro.

-¿Podría describirnos cómo es Amar por amar?

-Pues romántica y díscola. Comienzo con varios diseños en un mismo tono que a la mujer le va a enloquecer. Luego, para el Rocío, he empleado un tejido de toda la vida pero que, hasta ahora, nunca se ha usado así y, en cuanto a la Feria, encontré las telas en un viaje y parecía que me estaban esperando porque eran lo que deseaba. Por último, la fiesta y la bata de cola.

-Los proyectos se le acumulan sobre la mesa, ¿no?

-La verdad es que sí. ¡Estoy en un embolado! Flamenca, novia, fiesta… Y dos colecciones pret-à-porter que a partir de febrero comercializará El Corte Inglés. Mucha gente me lo pidió y yo deseo que mi firma sea real, que cualquiera pueda llevarla. He sacado diez trajes de flamenca, más económicos. Aparte, bolsos, complementos, ocho piezas de madrina… No paro pero estoy encantada.

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