Los millones de bártulos con los que se suele bajar a la playa, por muy absurdos e inútiles que resulten, hay que guardarlos en alguna parte. Antes estaban las bondadosas madres que almacenaban en sus canastos todos los chismes de la familia, pero hace tiempo que llegó el momento de dejarles su espacio a las matriarcas y agenciarse un canasto propio.
Este accesorio ha ido ganando terreno en los últimos años a bolsos y mochilas a la hora de bajar a la playa. Ya sea por su tamaño o por lo cómodos que resultan, no hay mujer que se precie que no tenga uno en su poder. Aprovechando que están tan de moda, los fabricantes han decidido innovar con su diseño manteniendo el mimbre como material básico, pero incorporándole las tendencias del momento.
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