A las once de la noche es la cita con Fernando Soto en la Sala Flamenco. Un espigado jerezano, primo de Pitingo, que lleva en las venas una mezcla del arte de grandes como Lola Flores y Bambino a los que aporta una personalidad propia bajo la que, en su primer disco, afronta versiones de títulos inolvidables como Limosna de amores, Qué sabe nadie o La bomba gitana, primer sencillo de este álbum con el que se presenta a un público al que sorprende con cada actuación.

-¿Cómo está viviendo el revuelo que se está formando alrededor suyo?

-Tranquilo, reposado, disfrutando. Esto hay que tomárselo aquí. Me reciben con mucho cariño y, como dice el refrán, 'es de bien nacidos, ser agradecidos'.

-¿Qué ha dado para recoger tanto? ¿Ha llenado, tal vez, un hueco que había?

-Eso lo tiene que decir el público pero, por donde voy, dejo mi corazón y mi alma. Ni más ni menos. Lo que el Señor me ha dado, lo entrego.

-Se lo considera heredero del talento de La Faraona…

-Bueno, ella es mi maestra, desde luego. Lo que sé me lo ha enseñado ella porque, desde que me levantaba, ponía sus vídeos. Es como mi segunda madre. La amo, la quiero, la llevo en mis venas.

-Toda la vida sobre los escenarios, ¿verdad?

-Sí. Empecé en un coro rociero con seis años. Era la mascota (risas). Me fui con 17 años a Madrid. Llevaba 40.000 pesetas y, a la semana, no había nada. Imagínate… He llorado mucho. No había salido de las faldas de mi mamá pero, siendo constante, se consigue todo. Nunca hay que tirar la toalla a pesar de que hay momentos de bajón. Te encierras en tu cuarto y no ves salida. La crisis no es mundial.

-Pero, ¿se sabe que, tarde o temprano, llegará el éxito?

-Sin duda. Hay algo en tus adentros que te llama. Si no es tu momento, no es tu momento pero debes ser paciente. Hasta que te mueras, hay que seguir luchando.

-¿En el día a día también es así de entregado?

-Soy el que suele dar ánimos y fuerza a los que me rodean. Hay gente peor y cosas muy malas en el mundo.

-¿Afortunado en el trabajo, desafortunado en el amor?

-En el amor no sé qué pasa. No me enamoro. No me sale nada…(risas). Estoy metido en mis cosas y centrado en mi carrera.

La mujer de mi vida es mi madre. Ése es el timón que me hace seguir todos los días adelante.

-¿Cuáles son sus aficiones?

-Leo. Ahora estoy con la biografía de Lola. No podía ser de otra manera (risas). Y escuchar todo tipo de música. La que tenga algo y me quite el sentío. Ahora me ha dado por Whitney Houston…