Día Internacional del Combatiente de Incendios Forestales

Los guardianes de los bosques

  • Medio millar de efectivos del Plan Infoca se juegan la vida contra el fuego Cuentan con la categoría profesional y el reto ahora es la edad de jubilación.

Los incendios forestales son uno de los grandes problemas del siglo XXI por las altas temperaturas, la escasez de lluvias y la perniciosa mano del hombre, sobre todo por el abandono del medio rural cada vez más visible y presente, al igual que los efectos del cambio global. Una amenaza creciente, que tiene contra las cuerdas al ecosistema mediterráneo, y que requiere de la permanente presencia y trabajo de un cuerpo de profesionales, tanto en la extinción como en labores de prevención. Andalucía cuenta con un instrumento a la vanguardia, un dispositivo que fue constituido en 1993 para defender del fuego los 4,4 millones de hectáreas del extenso patrimonio natural de la comunidad.

Son más de 4.500 los bomberos forestales repartidos por las ocho provincias andaluzas, en torno al medio millar en Almería , que consiguen con su esfuerzo y capacitación que ochenta de cada cien siniestros queden en conato y afecten a menos de una hectárea. Son los guardianes de los bosques , un grupo humano que se enfrenta a una vida en llamas y al que hoy se reconoce por su valía y entrega con motivo del Día Internacional del Combatiente de los Incendios Forestales, una efeméride que se remonta a 1998 con la muerte en Linton (Canadá) de una brigada forestal de cinco personas cuando realizaban labores de extinción. Surgió entonces un movimiento de notable acogida en el resto de países, sobre todo en los Estados Unidos, que acabó estableciendo la cinta roja como símbolo de los bomberos forestales y se fijó el día 4 de mayo en el calendario para expresar el apoyo de la sociedad a quienes luchan contra el fuego en los bosques , para recordar a los que han perdido la vida o sufrido daños y secuelas y, en definitiva, como señal de respeto y agradecimiento a quienes hacen todo lo posible por preservar la vida e integridad del patrimonio y los recursos naturales.

También es la ocasión perfecta para analizar la evolución del trabajo de los hombres y mujeres del Plan Infoca y desgranar la radiografía de un sector que ha avanzado mucho en los últimos treinta años en la región. Han pasado de estar contratados sólo cuatro meses al año a disponer de un contrato indefinido para todo el año desde la creación del dispositivo en 1993 y su consolidación en 2008. Años atrás, antes de la puesta en marcha del plan, los jornales y empleos se derivaban del antiguo PER y los que hacían frente al fuego se iban rotando cada quince días. Pese al considerable número de personas dedicadas a combatir el fuego, era evidente el déficit de capacitación de los profesionales integrados en una política forestal improvisada que cambió con la muerte de los cinco integrantes de un retén en un incendio en el parque natural de Grazalema en septiembre de 1992.

La Junta sentó entonces las bases de un dispositivo que ha ido avanzando en especialización y profesionalización de la plantilla culminando en el reconocimiento reciente de la categoría laboral de bombero forestal. En los últimos años se ha mejorado la formación y adiestramiento del personal y se han adaptado los procedimientos para la prevención y vigilancia de la seguridad laboral en la veintena de centros de defensa forestal y los tres de las brigadas especializadas. También se han desbloqueado las renovaciones de las plantillas tras unos años de recesión sin oferta pública ni bolsas de trabajo.

Entre los avances laborales, más allá de la contratación anual a la que se ha dotado de contenido con labores de limpieza y reducción de combustible en la sierras, figura la incorporación de equipos médicos propios y de preparadores físicos. Las enfermedades más habituales son las cardiovasculares, las que tienen origen traumatológico y las picaduras de insectos que son más dañinos cuando aparecen llamas. Hoy se cuidan todos los detalles, incluida la alimentación saludable de los profesionales, y el resultado está a la vista, resultados cada año más positivos y un nivel de acción que roza la excelencia.

Pero aún queda mucho camino por recorrer para un colectivo que ha sufrido accidentes mortales en los últimos años. En mayo de 2014 perdía la vida una joven piloto de avión del Infoca en la Sierra de los Filabres y en septiembre de 2010 uno de los operarios fallecía al desprenderse por un barranco en Senés cuando realizaba labores de refresco. "En Andalucía hemos sido pioneros en la profesionalización del bombero forestal, pero hay que avanzar hacia la consolidación de la figura laboral, el reto ahora es que seamos considerados una profesión de riesgo a todos los niveles, no sólo por la Junta", asegura el director del Centro Operativo Provincial, Rafael Yebra. Es preciso que desde el Gobierno, a través del sistema de la Seguridad Social, se aplique un régimen especial, como al del resto de cuerpos de emergencias, lo que implicaría avanzar definir coeficientes correctores sobre la edad de jubilación de la plantilla de trabajadores. Los `abuelos' de los retenes no deben seguir en la primera línea de peligro, lo que obliga a un nuevo marco jurídico.

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