Nos cuesta recordar una despedida de la primavera tan calurosa, tanto es así que Jerez el sábado alcanzaba la máxima de toda España con 42 grados. Murmurando el calor nos llegó olor a chamusquina y nuestras casas se llenaron de inquietantes imágenes, mientras las redes sociales estallaron en infantiles argumentos, se trataba de buscar culpables, explotar las honestas emociones de la gente a la caza y captura del titular fácil, a estas alturas todavía se creen brillantes.

Bomberos, policía, protección civil y voluntarios han conseguido controlar la situación, se habla de 8.486 hectáreas calcinadas de ellas 6.761 corresponden al Parque Natural, pudo ser peor. Los ecologistas han contestado adecuadamente las teorías conspiranoicas y a sus voceros, y la gente ha vuelto a demostrar que, a pesar de todo, reincide en sus valores, al anuncio del control del incendio siguieron cientos de llamadas de entidades ciudadanas pidiendo colaborar en las labores de reforestación. Tomemos nota, lo valiente no quita lo cortés, ni necesitamos profetas del desastre ni nos podemos permitir que se reduzcan ni un ápice los esfuerzos en prevención y cuidado de nuestro patrimonio y medio natural.

En Jerez asistimos a una carrera de pronunciamientos políticos y actos multicolores para hacer balance de los dos años de legislatura. El PP ha sacado en andas a la Señora Pelayo, cuanto tiempo sin verla por aquí, para que nos anuncie que todos los males surgieron desde que ella no es Alcaldesa. Las izquierdas lamentan no haber confluido en una única candidatura, la culpa de los demás. La Alcaldesa saca pecho y vende que ha conseguido los parabienes del Gobierno Central a su presupuesto. Han decidido, reinciden en su incapacidad de autocrítica, que lo importante son sus posiciones de salida para dentro de dos años, nos huele a chamusquina. Feliz orgullo por la igualdad.

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