Nuestra ciudad, que es prácticamente una isla, porque solo la une con San Fernando una estrecha calzada, atravesada además por el río Arillo, como en todas las ciudades marítimas la riqueza le viene del mar. Estrabón refiere la existencia de un puerto en la bahía, dotado de un astillero que construía buques para las luchas entre Julio Cesar y Pompeyo. Alfonso de Aramburu, escribe en su libro, que "Cádiz es una ciudad de paso, estación de transito, punto de reposo nocturno, andén universal, con posada abierta a todos los viajeros" y añade "Cádiz será siempre posada donde se atienda bien". Y otro gaditano, Ramón Solís, dice que Cádiz dentro de la geografía española es una isla y es consecuencia de esta situación, nacer bajo un signo que nunca más ha de abandonarla: la de ciudad puerto exclusivamente.

En esta vocación de ciudad marítima, Cádiz quiere potenciar sus condiciones naturales para ser una ciudad de cruceros, lo que constituye una fuente de riqueza si se dan las condiciones para que los turistas pasajeros de los barcos dejen aquí sus dineros, sin ocasionar a la ciudad más que un mínimo gasto, porque los turistas que vienen en ellos suelen ser más cuidadosos con sus desperdicios, incluso que los propios gaditanos, molestándose en buscar los lugares destinados a recoger sus desechos. No todos se benefician por igual de este turismo, siendo los comercios de textil y zapatería los que más se benefician, y también, aunque en menor cuantía, la hostelería y tiendas de recuerdos. Hay estadísticas que demuestran que el puerto de Cádiz es de los que más turistas reciben y que año tras año van en aumento. Las últimas, demuestran que cerca de medio millón de turistas desembarcaron de cruceros en las visitas a nuestra ciudad. Las mismas estadísticas, con todo lo aleatorio que estas tienen, cifran el gasto medio por turista en algo más de 60 euros, lo que supone una aportación de riqueza, con mínimo gasto para la ciudad, de los que se beneficia el comercio local. La atención a las compañías navieras que organizan cruceros es fundamental y hay que cuidar la comodidad del cruceristas que ya hoy no precisa, por el uso de las tarjetas de crédito, el cambio de divisa, que antes era un freno para las compras. Y hay que tener en cuenta que el cruceristas pasa poco tiempo en la ciudad, a lo sumo 4 o 5 horas, lo que tiene que tener en cuenta los que programan actividades. Cádiz tiene una clara apuesta, que es la de convertirse a una ciudad de cruceros.

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