RETAbet BILBAO-betis e. plus

Tabak ya tiene su sello (82-85)

  • El Betis toma Miribilla y suma la sexta victoria con otra muestra de carácter en un nuevo final ajustado.

Nachbar entra a canasta ante Hervelle.

Nachbar entra a canasta ante Hervelle. / EFE

Otro tiro libre de Triguero. Sí. Otra victoria al zurrón y, oficialmente, la primera como Betis con todas las de la ley tras la aprobación en la junta del club heliopolitano de asumir la sección. Como los últimos triunfos, el conseguido en Miribilla fue un partido ganado a golpe de corazón, de entrega, de lucha. El conjunto de Zan Tabak podrá ser uno de los peores asistentes del campeonato, el que menos triples tira y una de las defensas que más puntos recibe, pero se agarra a los encuentros como si la vida le fuese en ello. Es el sello de su equipo. No es la defensa que él quería; es la garra. El técnico ha convertido la falta de talento en una virtud que ha generado un coraje colectivo de todo el bloque capaz de tumbar al Real Madrid en San Pablo y tres días después a todo un Bilbao que se jugaba la Copa.

Porque si Lockett tiene un día tonto Radicevic tira del carro; porque si un amigo, enemigo en la pista, como Bamforth quiere dar la estocada aparece Alfonso Sánchez para no darle ni medio metro para lanzar; porque si Chery falla Mahalbasic rebaña el balón bajo el aro. Y en el próximo choque serán otros los que cojan el testigo, ya que la sensación de equipo que faltaba en las primeras jornadas ahora brota a borbotones.

Bamforth arrebata un balón a Radicevic. Bamforth arrebata un balón a Radicevic.

Bamforth arrebata un balón a Radicevic. / EFE

Y así se ganó un partido loco. Con fe. Con todos aportando en su justa medida, aunque fuese Triguero el que lograra desde la personal una canasta a la postre decisiva. Hubo una especie de déjà vu en la capital vizcaína cuando el pívot, con 82-82 en el marcador, se fue a la línea de personal. Todo salió bien, pero como en la cita contra los de Pablo Laso del martes es de juzgado de guardia que sea él quien reciba desde la banda a falta de pocos segundos. No siempre se alinearán los astros. Eric repitió la acción de Felipe Reyes y cometió falta. Triguero anotó el primero y falló el segundo, dándole al cuadro local la oportunidad de ganar. Tabak apostó también por defender y Bamforth, ex cajista, se precipitó en el ataque y erró un triple para delirio de los béticos, que han vencido en tres de los últimas cuatro jornadas desde la llegada de Mahalbasic. Y mucho tiene que ver en ello el austriaco.

Tanto como salir a la cancha sin miedo. Parece que los de Tabak se han quitado de encima un complejo de inferioridad con los rivales y ya salen a la pista con el convencimiento, como poco, de que competirán. Con el refuerzo mental que supuso ganar al líder de la ACB, el Betis, de la mano de Radicevic, aprovechaba las pérdidas de los vascos para salir disparado al contragolpe. Con Mahalbasic mandando bajo los aros y el base serbio penetrando con seguridad hacia la canasta, los visitantes se dispararon en un visto y no visto y Carles Durán tuvo que parar el encuentro para que el 4-16 no fuese a más.

La entrada de Bamforth reactivó a los hombres de negro y a golpe de triples recortaron en un visto y no visto la diferencia, aunque no fue hasta mediado el segundo cuarto cuando tomaron el control del marcador. Una rigurosa falta antideportiva de Alfonso Sánchez sobre Tabu, la activación de Mumbrú y los puntos de sus interiores permitieron al Bilbao ponerse por delante, pero otro churro sobre la bocina a caballo entre Radicevic y Mahalbasic, como el triple contra el tablero del base frente al Madrid, antes del descanso permitió al Betis irse a los vestuarios con una mínima desventaja y, sobre todo, con el valor añadido de que sin estar fino había partido.

Stojanovski, uno que sin ser todavía protagonista nunca falla, abrió la reanudación con un 2+1, pero Bamforh sacó su fusil para devolver el golpe: un triple, una penetración y dos puntos desde la personal, aprovechando tres pérdidas consecutivas del conjunto verdiblanco.

Tabak entonces llamó a capítulo a los suyos porque la situación se empezaba a poner cuesta arriba. Con el 52-43 tenía el Bilbao en sus manos la oportunidad de romper el choque, pero una falta antideportiva de Mumbrú sobre Alfonso Sánchez despertó a los sevillanos del letargo. Al menos por un momento. Porque Lapornik con un triple destrozó la zona 1-3-1 propuesta por Tabak (63-56), pero Radicevic, fallón desde más allá de los 6,75 metros, vio la luz. Por fin. Triple salvador. Las sonrisas, sin embargo, volvieron a cambiar cuando los triples de Buva y Lapornik ponían el 69-59.

Entonces el encuentro enloqueció. El Bilbao, con Tabu al mando de las operaciones, fue incapaz de controlar el duelo, Alfonso Sánchez se puso a trabajar y secó a Bamforth (sólo tres puntos en el último cuarto) y un parcial de 3-16 hizo enmudecer a Miribilla. Eso sí, siempre está Mumbrú para, entre sus triples y codazos, levantar a la grada. Otro triple de Alfonso Sánchez pudo ser la estocada, pero el alero catalán replicó con un lanzamiento de esos que caen con nieve. Con el 82-82 y el fallo de Chery, Bamforth hizo un último favor a la causa hispalense. Sus triples en San Pablo siempre serán recordados, pero también los dos tiros libres errados con ese empate en el luminoso para que los de Tabak volviesen a ganar. La tercera victoria en cuatro partidos. La primera como Betis, con todas las letras.

Ficha técnica:

82 - RETAbet Bilbao Basket (17+22+27+16): Tabu (3), Todorovic (-), Mumbrú (19), Hervelle (2) y Eric (7) -cinco inicial-; Borg (7), Bamforth (20), Lapornik (11), Mendia (2) y Buva (11).

85 - Real Betis Energía Plus (24+14+21+26): Radicevic (20), Stojanovski (12), Lockett (6), Milosevic (4) y Mahalbasic (17) -cinco inicial-; Chery (6), Alfonso Sánchez (11), Nachbar (6) y Triguero (3).

Parciales: 17-24, 39-38 (descanso); 66-59 y 82-85 (final).

Árbitros: Carlos Peruga, Juan de Dios Oyón y Ruben Sánchez Mohedas. Eliminados por faltas Mahalbasic (m.40), Eric (m.40) y Bamforth (m.40).

Incidencias: Partido correspondiente a la decimoquinta jornada de la Liga Endesa, disputado en el Bilbao Arena de Miribilla ante 8.701 espectadores, según la estadística oficial del encuentro.

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