La Sección Novena de la Audiencia de Málaga comenzó ayer el juicio a los supuestos miembros de una organización criminal, acusados de asaltar a dos hombres en una vivienda para robar los 28 kilos de cocaína que tenían y acabar con la vida de uno de ellos. Uno de los procesados admitió que planearon hacerse con la droga, pero no que la intención fuera matar a nadie. La Fiscalía acusa a 14 personas, de los que 13 son presuntamente miembros de un grupo criminal dedicado a localizar traficantes de cocaína para "urdir planes dirigidos a la sustracción de la droga", para lo que realizan seguimientos y usaban armas, distintivos y ropas propias de la policía para disimular. El último procesado es uno de los supuestos narcotraficantes a los que robaron.

Según el fiscal, los presuntos cabecillas eran dos hombres que se encuentran en rebeldía. En mayo de 2015, según señala, los acusados mantuvieron una reunión en Madrid y descubrieron que había una importante partida de cocaína en poder de dos hombres, por lo que "se elabora un plan" para ir a por ella, simulando interés por comprarla y llevando billetes falsos.

La acusación pública sostiene que se vigiló a los dos hombres que tenían la droga y que un procesado se reunió con aquellos, mientras que el resto fue al piso donde estaba la cocaína, en Mijas, para esperar escondidos. Cuando llegó la víctima, "irrumpieron todos" y cuando ésta intentó sacar un arma "fue reducido por los demás y maniatado, además de que le dispararon tres veces". El primer acusado que ha declarado reconoció que hubo una reunión en Madrid para preparar un plan para hacerse con la droga y que se llevaron a cabo seguimientos a la víctima. La idea era utilizar dinero falso en la operación pero luego "se fue improvisando". "En ningún momento había en la mente de nadie herir", dijo.