memoria histórica

Alfarnate salda una deuda pendiente

  • La Junta inicia los trabajos de localización y exhumación de víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura

  • En la fosa común podría haber 16 cuerpos, todos ellos varones

El equipo de arqueológos en el cementerio municipal de Alfarnate

El equipo de arqueológos en el cementerio municipal de Alfarnate / m. h.

Alfarnate nunca quiso tener una deuda con la historia, como tampoco la quisieron otros muchos pueblos de España que durante 80 años han vivido sabiendo que en sus cementerios, cunetas o cuevas existían fosas con vecinos que habían sido asesinados durante la Guerra Civil y la Dictadura. Víctimas de la memoria que en Alfarnate, pronto dejarán de serlo gracias al empeño de sus familias y del Ayuntamiento que ha impulsado los trabajos de localización y exhumación de los cuerpos autorizados por la Junta de Andalucía.

El equipo de investigadores, arqueólogos y antropólogos encargado del desarrollo de los trabajos comenzó ayer con las primeras catas. "Buscamos una fosa común donde probablemente haya 16 personas que podrían ser todas varones", explicó el director de la intervención, Andrés Fernández quien a petición de las familias de las víctimas elaboró un proyecto de actuación que fue aprobado por la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, cuyo Comité Técnico de Coordinación dio viabilidad a la misma, y ratificada a través de Orden del Vicepresidente y Consejero de la Presidencia, Administración Local y Memoria Democrática.

El plazo estimado por el equipo de investigadores es de un mes y medio

Las primeras catas para encontrar este enterramiento colectivo se están realizando en el lugar desde hace años se instaló una placa que rinde homenaje a la memoria de esas posibles víctimas en la que aparecen sus nombres. "La colocamos allí sin saber que fuese el lugar preciso en el que están enterrados, lo que ocurre, según nos explicaron, que solían hacerla en la entrada de los cementerios para que todas las personas que entraran pisotearan la tierra bajo la que estaban los cuerpos", explicó el alcalde, Salvador Urdiales.

Este punto, según indicó el arqueólogo coincide con la ubicación de lo que se conoce como el patio civil, el lugar en el que se enterraban los niños que morían sin estar bautizados o en otras circunstancias que no aprobaba la Iglesia. "No es la primera vez que encontramos los restos en el ese lugar, por eso hemos decidido en este primer sondeo trabajar en ese ángulo", agregó Fernández quien también comentó que los mayores del pueblo también apuntan a otro espacio que ahora está ocupado por un nuevo pabellón de nichos.

El director del equipo en el que también participan otros dos arqueólogos y una historiadora encargada de los trabajos de investigación, explicó que en Alfarnate sí existen "bastantes datos documentales" sobre las posibles víctimas. "De forma paralela a los sondeos, estamos iniciado los estudios documentales para contextualizar los acontecimientos acaecidos entre 1936 y 1939, posiblemente también de 1940. Para ello acudimos al Archivo Histórico Municipal y a los archivos militares. Fernández calcula que la intervención podría estar finalizada en un plazo de un mes y medio. Durante este tiempo se encargarán de la localización de la fosa, se llevarán a cabo las exhumaciones y el estudio antropológico para confirmar sí como se creen eran todos varones, la edad o cualquier otra característica a tener en cuenta.

El alcalde de Alfarnate, comentó que a priori, ninguno de ellos sería del pueblo. "Ninguno de nuestros vecinos se ha mostrado como víctima de alguno de ellos. Era práctica habitual que tras fusilarlos, los enterrasen en los pueblos vecinos. En concreto, esta intervención se inició por los familiares de una persona de uno de los municipios de la costa axárquica", señaló Urdiales cuyo Ayuntamiento colabora proporcionando útiles para el señalamiento y vallado, operarios y maquinaria, así como disposición de espacios públicos para albergar la posible individualización y estudio antropológico de los restos. Un apoyo firme, que muchos otros municipios deberían seguir, y no sólo para cumplir con la Ley de la Memoria Histórica.

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