Málaga

Arquitectos señalan la falta de ambición de la obra de La Merced

  • Asenjo cree "clave" el cierre al tráfico del lado sur para permitir la conexión desde el centro y Alcazabilla y Hernández Pezzi opina que es el proyecto es "innecesario"

El proyecto de reurbanización del Plaza de la Merced, actuación estrella del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, cara a las elecciones municipales de 2011, empieza a recibir los primeros peros por parte de algunos de los principales arquitectos de la ciudad. Los testimonios recogidos por este periódico, entre los que se encuentran algunos que avalan el mantenimiento de la estructura original del espacio, se cuestiona la escasa ambición de la intervención.

De un lado, por que no soluciona la ruptura que existe entre el escenario cultural de la capital, con las calles Alcazabilla y Granada como principales ejes, y la plaza, al mantener abierto al tráfico, incluso con mayor intensidad, el lateral sur de la misma, y de otro, por entender que lo idóneo hubiese sido aprovechar la operación para "repensar" el espacio en su conjunto, incluyendo el equipamiento cultural anhelado por el equipo de gobierno del PP en los antiguos cines Astoria y Victoria.

"El mejorar la plaza es bueno en cualquier caso", opinó Ángel Asenjo, autor del Palacio de Ferias, para quien La Merced es históricamente uno de los espacios "más representativos" de la urbe. Una particularidad por la que, a su juicio, habría sido necesario apostar por la peatonalización del lado sur, justo el que conecta la calle Álamos con el túnel de la Alcazaba. "Sería clave cerrar al tráfico ese lateral para mejorar el acceso desde el centro y Alcazabilla", expuso. Para Rafael Martín Delgado, responsable del diseño del Museo Picasso, es cierto que la solución final debería afectar a la conexión desde el centro, pero consideró que "desde el punto de vista de la plaza" la peatonalización del lado de Casas de Campos y de los antiguos cines es la más adecuada.

En la misma línea se pronunció Rafael Reinoso, coautor junto a José María Romero de las primeras ideas sobre la semipeatonalización de Carretera de Cádiz. Desde su punto de vista, la actuación adolece de una mayor apuesta por acotar el espacio al tráfico. "Un poco de radicalidad no hubiese estado mal, hay que ir apostando por ir cerrando", manifestó. A ello agregó una idea más: pensar en el conjunto de la zona. Aludía con ello a la necesidad de haber incluido en estas reflexiones la solución futura que se dará a los edificios Astoria y Victoria, que el Ayuntamiento espera adquirir. "No pensar en el conjunto es un disparate", comentó.

Para el decano del Colegio de Arquitectos, Antonio Vargas, haber aprovechado esta oportunidad para analizar las opciones del espacio hubiese sido lo oportuno. "Se brindaba la oportunidad de hacer una reflexión conjunta tanto de la plaza como del edificio; lo deseable es que hubiésemos tenido una idea de conjunto", comentó.

Estos apuntes contrastan con el camino adoptado por el equipo de gobierno del PP, que ha optado por impulsar la reurbanización de la Plaza de la Merced sin tener solucionada la adquisición de los antiguos cines y, mucho menos, qué tipo de equipamiento se asentará en ese suelo. El propio regidor admitió el pasado jueves que carece de un calendario sobre cuándo se podrá desarrollar la actuación cultural anunciada para esa pastilla.

Una visión diferente aportó Carlos Hernández Pezzi. El que fuera hasta hace poco presidente del colectivo de arquitectos españoles sustentaba su crítica a la actuación en la oportunidad de la misma. "Me parece que en este momento es una obra innecesaria, de otra época en que había dinero para acometer empresas imposibles y no de un momento en que hay que economizar", sentenció. Y a ello agregó: "Hacer experimentos en los sitios clave no tiene sentido; sería mejor gastar ese dinero en peatonalizar otras zonas del centro y mejorar la calidad paisajística de esa zona y no en desmontar una plaza para montarla otra vez".

Quien tampoco tocaría la plaza es Javier Boned. Pero no por una cuestión económica. "Creo que está muy bien como está y no entiendo que haya que tocarla", expuso. A su juicio, no existe una justificación suficiente para actuar sobre ella. "Es de las plazas que mejor funcionan", agregó.

La obra está valorada en 4,8 millones, y saldrá a concurso en septiembre con un plazo de seis meses. Mantiene intacta la estructura tradicional de la plaza, incluido el desnivel central, y prevé el cambio de pavimento de todo el espacio. A ello se suma la peatonalización de los laterales de casas de Campos y del Astoria. Por el sur irán el tráfico de calle Álamos, la Victoria y el túnel.

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