De ruta

Atajate, el mirador del Genal

  • A 133 kilómetros de Málaga capital y 19 de Ronda se levanta este municipio de origen árabe · De su arquitectura urbana destacan sus fachadas dieciochescas, lagares y fuentes

A 19 kilómetros de Ronda en la carretera comarcal a Algeciras, se levanta Atajate, el pueblo más pequeño y menos poblado (con poco más de 170 habitantes) de la provincia de Málaga. Dista de la capital 133 kilómetros y ocupa una suave vaguada abierta al Valle del Genal. El casco urbano, situado en una ladera del Cerro del Cuervo se encuentra al abrigo del pico de Peñas blancas (1.076 metros) y del propio cerro del Cuervo, cuya cima (782 metros) se eleva sólo unos metros por encima de los tejados de las casas, que sirven como de base a la torre de la iglesia parroquial.

Los atractivos que la villa encierra, sin embargo, no son pocos. Las impresionantes vistas que desde sus lindes ofrece de los valles del Genal y del Guadiaro bastan para tomar el cruce de la citada vía y acceder a la calle Nueva, que atraviesa el pueblo.

Sobre los tejados de las casas destaca poderosamente en el paisaje la silueta de su iglesia. Un paisaje en el que los olivares, viñedos y campos de cereal conviven con las encinas, alcornoques y matorrales, que cubren en rodales y bosquetes las zonas bajas de los relieves calizos del entorno.

En sus once kilómetros cuadrados de superficie y a 745 metros sobre el nivel del mar, Atajate recoge una parte nada desdeñable de la historia de la provincia de Málaga. En el llamado alto de la Santa Cruz se conservan restos de la antigua torre defensiva, fortificación que atestigua la posición estratégica del pueblo durante la Reconquista dada su localización intermedia entre Ronda y Gaucín. A pesar de que el descubrimiento de algunas monedas y otros vestigios atestigua una presencia romana, el origen de Atajate es árabe y floreció esencialmente a finales del siglo XV.

De entonces quedan también los muros de la antigua iglesia, integrados en el cementerio. La actual, Iglesia consagrada a San Roque, data del siglo XVIII y fue reconstruida en el siglo XIX, después de que las tropas napoleónicas arrasaran el pueblo por completo. Su estructura sigue las directrices del barroco más elemental, con frontón curvo partido, cuyos brazos apuntan a la hornacina, y torre de cuatro cuerpos.

De su arquitectura urbana destacan sus fachadas dieciochescas (C/ Vieja, 1), lagares y fuentes (El Pilar, El Lavadero). El antiguo pósito, (C/ Gaucín) es hoy domicilio particular. Además, aún se conservan restos de los más de 20 alambiques donde antes se fabricaba el aguardiente.

Las principales fiestas y tradiciones de Atajate son las fiestas patronales que se celebran a mitad de agosto, la Semana Santa en la que tiene lugar la Fiesta de moros y cristianos, y, a finales de noviembre, el festival del mosto.

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