El Quinqué

Campaña apta para trileros

  • Algunas encuestas ya apuntan a ligeras bajadas del Partido Popular en Andalucía lo que obligará a los contendientes a echar el resto para tratar de arañar voto a voto que al final podrían ser decisivos cara a la mayoría absoluta de unos o el gobierno de otros

LA incertidumbre con la que las encuestas empiezan a teñir los resultados de las elecciones andaluzas del 25 de marzo, aunque a fecha de hoy sigan marcando una tendencia clara hacia la victoria del Partido Popular, otorga cada día que pasa de la precampaña electoral un incremento en la dosis de "emoción" ante los resultados que arrojen las urnas, que no se vivió en los dos últimos procesos electorales y que obliga a los contendientes a variar sus mensajes y estrategias.

Cuando hace tan sólo un mes nadie daba un solo euro por la posibilidad de que el PSOE remontará los más de 9 puntos de diferencia que le separaban del PP en la encuesta del Capdea, los datos ofrecidos ayer por el estudio de Cepes, acortan la distancia en más de dos puntos, lo que llevó a la consejera de la Presidencia, Mar Moreno, de visita en Antequera, a señalar que la "burbuja electoral" del líder del PP andaluz y candidato a la presidencia del Gobierno autonómico, Javier Arenas, está comenzando a "deshincharse", lo cual se debe, en su opinión, a "las mentiras y recortes de derechos" del Ejecutivo dirigido por Mariano Rajoy.

Un nuevo escenario que los populares tratan de contrarrestar de diversas maneras. Una mediante la difusión, también ayer mismo desde Cádiz, de un sondeo provincializado realizado por Gespa, por encargo del propio PP, en el que la formación de Arenas mantendría la distancia de 9,5 puntos sobre los socialistas en el conjunto de la comunidad, aunque, en el caso de Málaga la diferencia que se atribuye en la estimación de voto entre ambas formaciones sería de más de 21 puntos. El PP lograría entre 10-9 escaños y el PSOE 5-6. Unos datos que parecen destinados a minar la moral de la tropa.

Otra forma, es la poner sobre el tapete propuestas llamativas, viables, con poco coste económico, aunque huelan a improvisación y no cuenten con el respaldo de acciones políticas anteriores. El conejo que sacó Arenas de la chistera el sábado en Estepona, consistente en convertir la Aduana en subsede del Museo del Prado, y que tanto revuelo ha levantado, al parecer se cocinó en una discreta reunión celebrada hace siete días en Madrid, el pasado martes, y que correspondería a la foto distribuida ayer desde el PP, sin más explicaciones, en la que aparecen la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo; Bendodo; el ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert; y De la Torre. Un encuentro del que, según fuentes del PP, se desarrolló en sede oficial, no se dio información institucional, como demostraron las palabras pronunciadas también ayer mismo por la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Málaga, María Gámez, cuando dijo en el transcurso de una rueda de prensa que "vienen gobernantes de la calle Génova que deciden sobre esta ciudad sin que De la Torre diga nada", añadiendo que el caso del Museo de la Aduana "se ha convertido en una pelota que va desde Celia Villalobos a Javier Arenas".

También desde las filas del PSOE, los consejeros y candidatos Luciano Alonso y Paulino Plata, siguieron insistiendo en poner en cuarentena la idea lanzada desde el PP y recordar que fue el expresidente José María Aznar, precisamente con Rajoy como ministro de Cultura, "quien dijo que no a los malagueños que pedían que el Palacio de la Aduana fuera el Museo de Bellas Artes". En conclusión, se adivina que la campaña que todavía no se ha iniciado será apta para trileros. Ese juego callejero que consiste en adivinar en qué lugar de tres posibles se encuentra la pieza manipulada.

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