Málaga

Al Caribe, pero a aprender

La mayoría de los que viajan al Caribe lo hacen para relajarse en playas paradisíacas y olvidarse de su trabajo. Pero hay quienes lo hacen para aprender más sobre su profesión. Es el caso de Cintia Villodres y Teresa Puebla, dos enfermeras malagueñas que participan en el programa Vacaciones Solidarias.

La iniciativa consiste en dedicar el mes de vacaciones a conocer cómo funcionan otros sistemas sanitarios. Todo se lo pagan de su bolsillo, así que el mérito es doble. Cintia estuvo en Cuba en el verano de 2006 y no descarta repetir en el futuro. "Yo me apunté por curiosidad y descubrí que los cubanos tienen pocos recursos, pero mejor administrados y muy bien repartidos", relata. Cuenta que la experiencia fue muy enriquecedora, pese a que sus anfitriones se empeñaban en no destapar mucho las carencias. Sin embargo, afirma que "por lo bajini" le confesaban que a veces tenían que cerrar quirófanos simplemente porque no había hilo de sutura.

Satse, el sindicato que agrupa a los ats, apoya el programa Vacaciones Solidarias de la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería (Fuden) con el objetivo de que los profesionales españoles conozcan cómo se trabaja en otros países. Para acceder a estos viajes no sólo hay que tener la disposición de costearse los gastos, sino también contar con un mínimo de experiencia de tres años, pasar una selección y realizar un curso de formación en ayuda al desarrollo.

"Yo me apunté a este programa porque si te quieres ir con Médicos sin Fronteras o del Mundo, tienes que hacerlo por más meses y como no soy fija es un lujo que no me podía permitir", aclara Cintia. Esta enfermera de Urgencias del Hospital Clínico explica que su viaje fue de intercambio profesional, no de trabajo con enfermos.

Teresa, que pertenece al Carlos Haya, se ha apuntado para el próximo verano. Quiere ir a Nicaragua. Aunque tiene marido y dos hijos, dice que ya lo tiene todo medio organizado para poder cumplir este sueño. "Aquí vivimos metidos en un mundo de consumismo. Ver cómo trabajan en un lugar donde tienen que salir adelante con pocos medios te aporta mucho; además, creo que me va a enriquecer no sólo desde un punto de vista profesional, sino también personal", sostiene.

Tras 19 años como enfermera, Teresa se animó a hacer el viaje después de leer en la revista de Satse los relatos de otras compañeras que han ido en años anteriores: "Siempre había tenido muchas ganas de hacerlo, pero nunca me había decidido". Confiesa que le interesa ver cómo enfocan en Nicaragua la atención infantil. El dinero para el viaje lo tiene ahorrado desde hace poco tiempo. Las ganas, desde hace mucho.

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