La Audiencia Nacional condenó ayer a 14 años de prisión al etarra Ismael Berasategui Escudero por preparar y colocar en el aeropuerto de Málaga, el 26 de julio de 2001, un coche-bomba, que no explotó al ser desactivado.

El tribunal considera que Berasategui, que durante el juicio se negó a declarar, es culpable de los delitos de estragos terroristas en grado de tentativa, sustracción de vehículos a motor y falsedad documental con finalidad terrorista. Contra él se sigue además otro procedimiento diferente en otro juzgado de la Audiencia Nacional por el delito de pertenencia a organización terrorista.

La sentencia considera probado que Berasategui organizó junto con los ya condenados Javier Zabalo Beitia y Ainhoa Barbarín Yurrebaso la colocación de un coche-bomba en el aeropuerto de Málaga, siguiendo el procedimiento habitual del comando Behorburu de ETA, que los tres integraban y que se dedicaba a atentar con vehículos previamente robados y acondicionados por ellos.

Así, tras sustraer un turismo, sustituyeron su matrícula por una falsa y colocaron en su interior un artefacto explosivo para situarlo en el aeropuerto de Málaga dispuesto para su explosión.

Después, siempre según la sentencia, los terroristas advirtieron, mediante una llamada a la Ertzaintza, de la colocación del vehículo, cuya carga explosiva pudo ser desactivada por los Tedax.

El tribunal señala que el coche-bomba tenía "gran capacidad destructiva", ya que "estaba dirigido hacia la zona de llegada de los viajeros". Berasategui es condenado en calidad de coautor por todos estos hechos, como lo fueron en 2007 Zabalo y Barabarín.