Más allá de las vidas que nunca se debieron quedar ahí, del sufrimiento de las familias que aún no han encontrado a sus allegados y de la angustia vivida por los pasajeros del buque de cruceros Costa Concordia, una tragedia marítima de esta magnitud tiene tales repercusiones mediáticas que podría resentir un segmento turístico tan importante como éste en una provincia que llega ya a los 650.000 pasajeros. De momento, compañías y operadores se muestran cautelosos y hablan de normalidad y ausencia de cancelaciones. Sin embargo, todos coinciden en que aún es pronto para ver realmente los efectos del accidente en las costas italianas.

"Es demasiado pronto para hacer una valoración, en principios no tenemos noticias de cancelaciones", comentó ayer Luis Pérez, gerente y secretario general de Aedav, Asociación Empresarial de Agencias de Viajes Costa del Sol. "No creemos que esta tragedia vaya a afectar al sector, puede haber casos aislados de viajeros que opten por otras opciones, según la forma de pensar de cada uno, pero esto es como cuando ocurre un accidente aéreo y sin embargo la gente sigue volando", añadió el secretario general de la asociación. Desde la mayorista Un mundo de cruceros preferían "esperar unos días para ver la afectación que tiene el siniestro, aún no tenemos datos y no sabemos qué pasará, ya se verá más adelante, hablar ahora sería hacer especulaciones", comentaron fuentes de la empresa que también aseguraron seguir trabajando con normalidad.

Ésta es la semana del crucero en Viajes El Corte Inglés. A pesar de la desafortunada coincidencia, la agencia no prevé cambio alguno en la promoción. Lo que sí destacaban ayer es que no han tenido cancelaciones, eso sí "los que están dudosos sobre si hacer o no un viaje de este tipo estarán todavía más". Pero esta sensación de inseguridad que pudiera tener el turista no debería ser tal, según apuntaban desde Cruceros Málaga. "Sabemos que la repercusión mediática es muy grande, aunque lo percibo como una cosa totalmente excepcional, un desastre náutico que no puede ser achacable a la seguridad de los buques de cruceros", aseguró ayer Susana Gutiérrez, gerente de Cruceros Málaga. Según Gutiérrez estos barcos están "totalmente preparados, son de última generación y están sometidos a infinidad de pruebas como entradas de agua, choques, tormentas, olas gigantes".

Apuntó ayer la gerente que "continuamente hacen simulacros de seguridad cuando están en puerto, ya sea de impacto, de incendio y otros fenómenos, y puedo asegurar que es uno de los medios más seguros que hay para viajar, se trata de una experiencia absolutamente recomendable". Desde antes de botar el barco y durante su vida en la mar, se someten a todo tipo de pruebas y, según Susana Gutiérrez, un buque "no puede navegar si no pasa estos duros test" y el Concordia había pasado en el mes de noviembre dicho examen.

Desde Cruceros Málaga no consideran que vaya a afectar demasiado porque "esto ha sido una raya en el agua" y añadía Gutiérrez que "si los futuros cruceristas realmente conocieran las pruebas tan terribles de seguridad estarían encantados de viajar en este tipo de barcos", por lo que lanzó un mensaje de "seguridad y garantía".

Los cruceros son el segmento "que mejor aguanta la crisis", aseguró ayer Luis Pérez, gerente y secretario general de Aedav. Gracias a sus precios cada vez más competitivos "siguen manteniendo crecimiento de ocupación en estos años, incluido 2011, a pesar de que no ha sido especialmente bueno en la parte emisora". Subrayaba también que "si no se prevén cancelaciones, que sería el reflejo inmediato debido al miedo, si vemos a medio plazo una disminución de reservas es más achacable a la situación económica que al accidente".

El Concordia hizo escala por primera vez en Málaga en el año 2006. El año pasado pasó en ocho ocasiones por las instalaciones malagueñas, la última vez el 23 de marzo. Sin embargo, en 2012 no tenía previsto escala en Málaga, aunque sí vienen otros buques de la compañía Costa Cruceros. En el Puerto de Málaga recalaba ayer MSC Fantasía. Sus pasajeros bajaron del barco para realizar sus excursiones con total normalidad. No se notó una preocupación especial entre el pasaje, según comentaron desde el puerto, pero quizás la desazón iba por dentro.