Tras el parón que ha supuesto en el calendario el fuerte temporal de levante de la semana pasada, la Demarcación de Costas retomó ayer las actuaciones que ya tenía planificadas previamente en algunos puntos del litoral de la provincia como Torrox y El Palo en la capital, mientras que esta misma semana se empezarán también las actuaciones diseñadas en Fuengirola.

A la espera de valorar exactamente el impacto que el intenso oleaje ha tenido en las playas, algo que se espera que esté resuelto esta misma semana, el organismo dependiente del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente no ha querido perder más tiempo y se ha puesto manos a las obras para cumplir con su compromiso de que todo el litoral esté a punto antes del 20 de junio.

De momento, no se tiene calculado cuánta arena será necesaria para adecuar las playas y no será precisamente hasta que estén finalizados todos los trabajos cuando se cierre el dato, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Málaga. Para el llamado Plan Litoral de este año, Costas tenía previstos unos aportes externos, es decir, los que provienen principalmente de cauces de ríos, de 200.000 metros cúbicos, si bien los trasvases internos de áridos que se producen dentro de la misma playa podrían representar un volumen similar.

Todo dependerá del estado de las playas, algo que hace variar la cifra de año a año. Prueba de ello es que hay años que han hecho falta 500.000 metros cúbicos y otros apenas 100.000 metros cúbicos en función de la cantidad e intensidad de los temporales de cada año.

La particularidad de este último temporal, que supone el tercero de este año y el cuarto si se tienen en cuanta las intensas inundaciones que afectaron a la Costa del Sol el pasado 4 de diciembre, es que se ha producido de forma muy tardía a finales de abril y con una duración de casi tres días.

A falta de que Costas también termine de analizar los datos de la intensidad del oleaje que afectó al litoral malagueño entre el jueves y el sábado de la semana pasado, lo que está constatado hasta ahora es que la altura media significante, que mide la continuidad de un tercio de las olas más altas registradas durante cada una de las horas que dura un temporal, fue casi 4,5 en la zona central de la provincia y de 4,9 metros en la parte más occidental como Manilva.

En altura es superado por el temporal del 31 de marzo de 1995 y también por el que hubo el 1 de noviembre de 2015, aunque este último fue menos dañino por durar sólo unas horas frente a los casi tres días de la semana pasada y que ha aumentado daños, alcances y arrastres.

En cuanto a los picos máximos del oleaje, las boyas llegaron a registrar olas de más de 7 metros.