Discapacidad

La DIETA mediterránea

  • El culto por la estética se impone ante conceptos como la salud o la calidad de vida, primando falsos estereotipos sobre argumentos consolidados mediante cientos de demostraciones y ensayos empíricos

NADIE en su sano juicio se atreve a cuestionar ciertos parámetros socialmente aceptados, pero en silencio todos nos hacemos ciertas preguntas sobre los criterios que dominan en nuestros días. Cierto es que las modas se imponen cada día más, dejando a un lado pilares básicos que por más contrastados que estén, no logran abrirse un hueco entre las tendencias dominantes. Muchas son las voces que se elevan ante ciertas desviaciones sociales, pero no logran crear una línea común de trabajo colectivo. Por ello, los expertos nos alertan sobre ciertas anomalías que en un futuro cercano modificarán la sociedad en la que vivimos. Incluso aparecen enfermedades relacionadas a los errores que entre todos consagramos, y lamentablemente cada día más, palabras como bulimia, anorexia u obesidad forman parte de nuestro vocabulario habitual.

El culto por la estética se impone ante conceptos como la salud o la calidad de vida, primando falsos estereotipos sobre argumentos consolidados mediante cientos de demostraciones y ensayos empíricos, condicionando con ello la vida de nuestros jóvenes y apartando de lo habitual tradiciones que se habían mantenido desde nuestros ancestros. Si por algo éramos envidiados por otros países era, sin duda, por la sabiduría en el comer que existía en nuestro país.

Concepto que se ha deteriorado en los últimos años sin una razón de peso. Y es precisamente este concepto, el peso, el que ha modificado de forma sustancial la salud y la imagen de cientos de miles de españoles. La Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que más del 50% de la población de los países considerados del primer mundo padece sobrepeso. Catalogando por ello a la obesidad como uno de los principales problemas sanitarios de los países industrializados. En España, una de cada seis personas en edad adulta es obesa, mientras que en los niños de entre 13 y 14 años las cifras son verdaderamente escandalosas, al considerar que uno de cada tres menores está por encima de su peso, con la certera probabilidad de que se convierta en un adulto enfermo de obesidad.

Durante mucho tiempo a los niños obesos, o al menos por encima de su peso ideal, los hemos pellizcado en el moflete mostrando una sonrisa que ocultaba frases como, "está de buen ver....", y con ello hemos asumido erróneamente una analogía entre la salud y el elevado peso. Mas allá de una cuestión estética, la obesidad origina verdaderos problemas de salud, quedando demostrado que estas personas tienen una esperanza de vida media de diez años menos que el resto de la sociedad. Ni que decir tiene, el gasto sanitario que supone atender las enfermedades derivadas de ello. En el Día Mundial del Corazón, los expertos en la materia nos aconsejan lo que nuestros mayores saben sin estudiar, y es que no hace falta ser médico para certificar que la dieta mediterránea además de ser elogiada por medio mundo, garantiza una mejor calidad de vida y menos enfermedades, pero sobre todo era un elemento diferenciador típico de nuestro país.

La sociedad avanza, las modas son variantes, pero jamás deberíamos olvidar las tradiciones que mejoran nuestra salud, y mucho menos, por idolatrar falsos estereotipos de belleza.

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