Juan Antonio López. Presidente del Aula del mar de málaga

"Debemos vender un litoral sano y lleno de vida, y a día de hoy no es así"

  • El experto muestra su rechazo al rascacielos previsto en el puerto de Málaga por el impacto que supondrá

  • No entiende como no se conserva el entorno de los Baños del Carmen

López posa antes de la entrevista en la sede del Aula del Mar de Málaga.

López posa antes de la entrevista en la sede del Aula del Mar de Málaga. / fotografías: javier albiñana

Lleva toda su vida vinculado al mar. Convertido en su pasión y en su profesión, el actual presidente del Aula del Mar de Málaga y presidente del comité español de la UICN alerta de que el mar es la única opción que tiene el ser humano para garantizar su calidad de vida en el futuro. Y, sin embargo, asegura que es el más afectado por los despropósitos a los que es sometido y el más vulnerable a los efectos del cambio climático.

-¿Cuál es la salud del medio marino de la provincia?

-Partimos de varias décadas de mucha contaminación y un gran deterioro de la costa por infinidad de urbanizaciones construidas y un intenso tráfico marítimo. Pero en los últimos años se han ido mejorando algunos aspectos en la costa malagueña en cuanto a depuración, que desde mi punto de vista es lo que más daño hace al medio litoral directo. Hay zonas concretas donde parece que se está regenerando un poco el ecosistema marino, como en Maro Cerro-Gordo donde hemos comprobado que se puede ver más diversidad. Pero, por otro lado, la mayor parte del litoral, no es tan buena por estar vertiendo directamente infinidad de emisarios y donde las poblaciones de peces están cada vez más mermadas por la intensidad de la pesca.

-¿Por qué cree que se ha urbanizado el litoral sin tener en cuenta el medio del que gran parte de la provincia vive?

-Ha habido muchas circunstancias porque el gran boom de la construcción y el turismo empezó en los años 60, y hasta los 80 fue cuando se produjo la mayor avalancha de construcciones en un ecosistema marino virgen que nunca se había tenido en consideración. En el momento en el que a principios de siglo se vio cómo se estaba afectando a la calidad del agua y a la propia vida del litoral, todos los sectores y especialmente el turístico se han ido reconvirtiendo buscando una forma más respetuosa de usar el territorio y eso, junto a la crisis, ha ayudado a la naturaleza a recuperarse.

-¿Ha servido la concienciación?

-Es el principal instrumento y se ha construido indiscriminadamente cuando no había esa concienciación y cuando se pensaba que el mar era inagotable. Ahora, aunque queda mucho por hacer, las nuevas generaciones están mucho más concienciadas. De alguna manera, ha habido un parón en la destrucción del hábitat marino y creo que estamos encaminados a ir poco a poco a mejorar.

-Pero el daño está hecho, ¿queda algo por salvar?

-Eso seguro porque afortunadamente tenemos un litoral muy rico con una gran ventaja de estar cerca del océano Atlántico y todo lo que conlleva ese reflujo de aguas que traen muchas especies. Esa biodiversidad hace que tengamos todavía mucho que proteger y estoy convencido de que lo poquito que se haga va a a hacer que en unos años volvamos a tener una riqueza, sino como antes de los 60, sí lo suficientemente importante como para decir que tenemos una buena calidad de litoral. Hay varios signos de que eso está ocurriendo porque desde hace cuatro años se han vuelto a ver coquinas en la playa y eso es algo que llevamos varias décadas que no pasaba.

-Pero llama la atención que mientras que en tierra abundan los espacios protegidos, en el litoral apenas hay. ¿A qué se debe?

-Ha sido por una cuestión de políticas ambientales que no sólo afecta a Málaga. La Unión Europea fija un mínimo de zonas marinas protegidas del 10% de todo el territorio y España sólo tenía un 1%. Ahora se ha conseguido, gracias a varios proyectos europeos dirigido por el Gobierno como Indemares, declarar a nivel científico hasta un 8% de toda la superficie marina del país. Se ha dado un paso de gigante y se acaba de aprobar otro proyecto que es el de mayor envergadura que Europa ha concedido a un país para que se inicie la gestión de esos espacios y que de verdad sean protegidos. Además, se incluirán nuevas zonas y probablemente se pueda superar ese 10%. Estamos incidiendo mucho en que las leyes españolas faciliten la gestión privada y que sean las propias ONGs las que dirijan planes de gestión en estos espacios porque la administración pública no tiene capacidad. Así se podrá paliar el gran daño que sigue un avance agigantado porque si se compara la conservación con la degradación del planeta, la primera va a diez kilómetros por hora y la segunda a cien.

-En el caso de Málaga, ¿cómo se garantizaría la gestión?

-Precisamente el Aula del Mar presentó una propuesta a la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta para implicar a los pescadores en la gestión del medio en el que trabajan día a día. Sin embargo, la idea de la Junta es crear una gran reserva de pesca que ocuparía la bahía de Málaga hasta Calaburras, y precisamente la zona que se queda fuera de la mayor biodiversidad de especies. Pero en el caso que se declare la reserva ese es sólo un primer paso que requerirá de la implicación del sector y en principio no se cuenta con ello.

-La pesca ilegal ha provocado graves daños en el medio marino, ¿cómo puede controlarse?

-Es muy fácil porque la pueden controlar los propios pescadores. Eso está funcionando de maravilla en Galicia, donde no hacen falta agentes en las rías ni en las zonas de batea porque es el propio sector quien tiene vigilancia privada y mantiene el ecosistema porque le interesa. Me pregunto por qué no se hace aquí porque cuando hablas con los pescadores quieren hacerlo y la administración también parece estar por la labor. Quizás es un poco dejadez de todos.

-¿La merma de los caladeros es recuperable?

-Todo tiene solución, pero en el tema de la pesquería la solución sería más a largo plazo porque los caladeros de Málaga están muy mermados. Los propios pescadores cuentan que cada vez capturan menos y en muchos casos se vuelven con la red vacía porque las especies no cumplen con la talla mínima. Hay que seguir con los periodos de veda y dejar espacios de tiempo para que se regeneren.

-¿Y apostar por la pesca sostenible?

-Bueno, la pesca sostenible hoy por hoy es la pesca artesanal, es decir todo lo que sea pesca masiva e indiscriminada nunca puede ser sostenible. Eso implica pequeñas embarcaciones, con dos o tres tripulantes, que capturen especies de manera selectiva y en su época. Se le debe dar el mismo tratamiento que a las especies cinegéticas y ejercer el mismo control que con la caza. De esa manera, la pesca no tendría por qué desaparecer, pero al ritmo que vamos tengo claro que el futuro del mar no es bueno. Ya hay datos de que para 2030 va a haber más plásticos en el mar que peces. Estamos ante un problema global al que tenemos que poner grandes remedios porque a escala local podemos hacer cosas, pero o concienciamos a todo el mundo o no habrá solución.

-A todo eso habrá que unir el cambio climático...

-Ya está totalmente vinculado la lucha contra el cambio climático y los problemas bélicos que hay en el mundo porque al final surgen por la lucha por los recursos como el agua, el territorio y la energía. Debido al cambio climático se van a acentuar y, sino lo solucionamos, cada vez habrá más problemas.

-¿El medio marino será el más vulnerable al calentamiento?

-Sí, es una paradoja porque el planeta está formado en más del 75% por agua y es lo que más afectado se está viendo pese a que la calidad de vida del ser humano en el futuro depende de este recurso. La ganadería y la agricultura han llegado a su tope y, mientras la población sigue creciendo a un ritmo exponencial, la única salida es el mar para buscar alimento o energía.

-¿Cómo debemos adaptarnos?

-El sector turístico y las tendencias económicas van buscando zonas donde haya espacios de calidad y de naturaleza importante porque es allí donde se van a ir los recursos. Por tanto, no creo que tengamos muchas opciones si queremos vivir y tener un territorio próspero. Debemos vender un litoral sano y lleno de vida, y a día de hoy no es así. Málaga está dando pasos, pero vamos muy lentos con respecto a otras regiones que han partido con muchos menos recursos y están saltos de gigantes.

-En Málaga, por ejemplo, el agua es un recurso ya escaso...

-En ese sentido, me llama la atención que en zonas del norte de España, con ríos impresionantes y con agua por todas partes, haya pequeños pueblos con bandos del ayuntamiento prohibiendo llenar piscinas y usar agua para los riegos, y aquí que no tenemos ese recurso no tengamos ningún tipo de limitación. Por el contrario, en Málaga se sigue usando el agua de una forma indiscriminada.

-¿Qué problema real está causando la falta de depuración?

-No estamos mentalizados del problema y debemos tener en cuenta que la depuración no está al final de la cadena y debe empezar en los mismos ríos, muchos de ellos despoblados a pesar de que la vegetación de las riberas es el mejor filtro que existe del agua. Más allá de las depuradoras hay otras fases que tenemos que cubrir porque todavía hay quien piensa que el huevo viene del supermercado.

-¿No cree incomprensible que haya municipios como Nerja que siga sin depurar sus aguas?

-Es incomprensible sin duda y no tiene explicación.

-¿Todos estos factores afectan a la aparición de medusas?

-Me gusta dejar claro que las medusas forman parte del medio natural y no son extraterrestres ni enemigos porque son más primitivas que nosotros. El que de pronto nos encontremos grandes masas de medusas está claro que, aunque a veces es natural, cuando se dan con mucha frecuencia es una alarma de que algo pasa porque el equilibrio no se está manteniendo. El problema no sólo lo tenemos en Málaga. A principios del 2000 se dieron muchos episodios en todo el mundo incluso donde hay especies peligrosas, mientras aquí que no van a poner en riesgo la vida de nadie. Fue a partir de 2010 cuando en la costa malagueña hubo muchos enjambres y eso preocupó a la Diputación que pidió al Aula del Mar algún tipo de programa para paliar ese problema porque podía afectar al sector turístico. En los años siguientes implicamos más a la población y fue cuando se puso en marcha la aplicación de móvil Infomedusas. Con toa esa información conseguiremos que al final sea como predecir el tiempo.

-¿Qué opina del rascacielos previsto en el puerto?

-Por supuesto no me parece una buena idea porque hoteles se pueden hacer en otras zonas donde haya mucho menos impacto, y menos en una zona litoral y que siempre va a provocar contaminación.

-¿Y del proyecto marítimo de los Baños del Carmen?

-Es inexplicable que en una zona urbana como Málaga se tenga un punto estratégico natural de conservación como ese y que no seamos capaces de conseguir que se proteja. Que se construya allí sería un paso para atrás importante.

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