El coche de una vecina siniestrado y la entrada de una farmacia destrozada. Ése ha sido el balance del último robo por el método del alunizaje que tuvo lugar en la madrugada del martes en la avenida Carlos Haya. Los ladrones sólo se llevaron la caja registradora, que apenas contenía unas monedas. Hacia las 4:00, según explicó a este periódico la encargada, un ruido alertó a residentes de la zona, que se interesaron por lo que ocurría. Al parecer, tres individuos, que ocultaban su rostro con un pasamontañas, habían empotrado un vehículo contra la puerta principal del establecimiento, a la que le causaron numerosos destrozos. "Han roto la corredera, las dos hojas y toda la entrada", afirmó la responsable de la farmacia, que siguió atendiendo a los clientes por el lateral. También resultaron afectados varios expositores que se encontraban junto a la salida.

Fue un vecino el que presenció cómo uno de los ladrones huía con la caja, que estaba prácticamente vacía. Después, apuntó la matrícula del automóvil. Saltó la alarma del local y avisaron a la Policía Nacional, que ahora busca a los autores del suceso. La encargada afirmó que el vehículo correspondía a una vecina de la barriada, a la que se lo habían robado. Según su testimonio, el coche apareció después abandonado tras haber sido estrellado contra un árbol.

Un equipo de la Científica se personó en el negocio para tomar posibles huellas. La trabajadora no echó en falta a su llegada medicamentos ni tampoco otros de los productos que vende. Aunque la farmacia había sido atracada en otras ocasiones, nunca antes, dijo, se había empleado el método del alunizaje.

El pasado 20 de enero, unos ladrones desvalijaron varias estanterías de una perfumería de la Avenida de Velázquez y huyeron con todos los productos de alta gama. Para acceder, colisionaron un vehículo contra la persiana metálica.