Málaga

Expertos proponen para Latinoamérica el "exitoso" modelo de desarrollo andaluz

Hace apenas tres décadas la situación económica y tecnológica de Andalucía era igual que la que poseen actualmente la mayoría de países latinoamericanos. La comunidad andaluza, lanzada por las ayudas europeas, ha sabido dar el salto y hoy en día, pese a sus carencias, sus ciudadanos tienen un nivel de vida medio-alto. Los expertos internacionales que ayer participaron en el II Encuentro Sociedad del Conocimiento y Ciudadanía en el Palacio de Ferias de Málaga, organizado por la Junta de Andalucía, piensan que Latinoamérica debe tomar a Andalucía como ejemplo para crecer.

Una de las claves es el desarrollo de internet y la sociedad del conocimiento. Pero para eso hay que tener cubiertas varias necesidades que en el mundo occidental se consideran básicas. Ignacio Ramonet, periodista y promotor del Foro Social Mundial de Porto Alegre, puso un ejemplo claro. "En Perú el entonces candidato a presidente Alejandro Toledo dijo en un mitin que conocía íntimamente a Bill Gates y que iba a poner ordenadores en todos los colegios. La multitud aplaudió, pero más tarde un periodista me comentó que la idea de Toledo iba a ser difícil porque en Perú apenas había escuelas ni electricidad. Estamos hablando de que hay que hacer llegar a esos países la tercera revolución, la del conocimiento, cuando ni siquiera les ha llegado la primera revolución industrial", apuntó. El periodista y politólogo también señaló que hay 800 millones de analfabetos en el mundo y que la mitad de los habitantes del planeta "nunca han llamado por teléfono ni tienen línea, por lo que la brecha tecnológica es enorme".

El acceso a internet, cuando no se tiene ni teléfono, es complicado. Pero, incluso en aquellos lugares en los que se puede entrar en la Red, otro tema que preocupa a los expertos es qué se puede encontrar en internet. Hernando de Soto, prestigioso economista y ex asesor de Bill Clinton, señaló que "internet es un gran avance, pero los países latinoamericanos o africanos no tienen escrita gran parte de su historia y, por tanto, no se puede digitalizar, lo que lleva a que no se conozcan esas culturas". De Soto destacó que, a diferencia de Europa y Estados Unidos, "en las otras dos partes del mundo no hay nada por escrito ni ningún registro de propiedad legal, por lo que no hay nada establecido".

Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz en 1992, fue una de las participantes más aplaudidas en el encuentro. Y siguió el mismo discurso. "A mí me gustan los ordenadores e internet pero, si no hay luz en la mayoría de los lugares en los que suelo estar, mi única opción es esperar a la luz del día", señaló. La indígena guatemalteca también hizo hincapié en que no está escrita la historia de la inmensa mayoría de los ciudadanos del mundo, y exigió que la tecnología sea patrimonio universal para que "millones de personas no seamos ignoradas". "Hay que poner la tecnología al servicio de la Humanidad", dijo.

La utilización interesada de internet por parte de multinacionales políticas o empresariales también fue parte del debate. Ramonet o Menchú fueron los más críticos, pero también hubo opiniones mucho más positivas. "Entrar en la sociedad del conocimiento es la única forma para los países del sur de estar como los del norte y ahí está el caso de China, Chile, la India o Corea que han disparado su economía gracias a esta revolución tecnológica", afirmó Manuel Rocha, diplomático de Estados Unidos. "Me importa poco de quién sea la panadería. Lo importante es que podamos comer pan y a un precio asequible porque, si lo pensamos, la verdad es que antes de la entrada de internet todo era más difícil", aseguró Eduardo Aninat, economista chileno y ex gerente del Fondo Monetario Internacional.

La solución no es fácil, pero todos los expertos coincidieron en mirar a Andalucía. Ayer en Málaga dieron un paso importante.

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