Los malagueños se echaron ayer a la calle para disfrutar al máximo de las últimas horas de la 35º edición del carnaval. El ya conocido como sábado de disfraces, que en esta ocasión coincidía con el Día de San Valentín, arrancó con la tradicional batalla de las flores. Medio millar de kilos de papelillos (lanzados por componentes de las agrupaciones de canto) y otros 4.500 de flores convirtieron la calle Larios en un auténtico campo de batalla para dar la bienvenida a la gran noche que rinde homenaje a Don Carnal. Una pasarela de varios metros de longitud vistió la céntrica vía en la penúltima noche de fiesta, en la que desfilaron divertidos personajes y los disfraces, un año más, volvieron a ser los protagonistas. La estampa recuerda al Carnaval que se celebraba en Málaga en siglos pasados.

Hacia las 23:00, comenzaron las fiestas en casi una treintena de bares y discotecas del centro, aunque eran muchos jóvenes los que se dejaron ver por la calle desde bastantes horas antes con atuendos variados para todo tipo de gustos. Desde princesas, vikingos y abejas hasta policías y futbolistas. También ayer salieron a la calle los dispositivos extensibles para hacer selfies (varilla retráctil a la que se sujeta la cámara o el teléfono para tomar mejores fotos de uno mismo).

La despedida de la Fiesta del Invierno tendrá hoy lugar con el llamado entierro del boquerón. El desfile afectará a la circulación en el entorno del centro a partir de las 16:00, cuando saldrá desde calle Larios. Después, continuará por la rotonda del Marqués de Larios, plaza de la Marina, Manuel Agustín Heredia, entrada al recinto portuario, Palmeral de las Sorpresas, calle Vélez y Paseo Marítimo Ciudad de Melilla. Previamente, en torno a la 13:00, en la misma zona también se celebrará la tradicional Gran Boqueroná, que ofrecerá la posibilidad de degustar gratuitamente el boquerón malagueño o boquerón frito. La nota musical la podrán las actuaciones de murgas y comparsas que han participado.