A cuenta gotas, el Ministerio de Fomento avanza en la gestación de una de las grandes asignaturas pendientes de la provincia de Málaga: la llegada del ferrocarril a Marbella. El ministro del ramo, Íñigo de la Serna, visita hoy la provincia de Málaga para dar a conocer la primera fase del estudio informativo del nuevo acceso ferroviario a la localidad marbellí y a Estepona. El hito tiene lugar siete meses después de que, en otra presencia en Málaga capital, asumiese los últimos compromisos respecto a una infraestructura que, por primera vez, fue comprometida (entonces por la Junta de Andalucía) hacer ahora casi veinte años.

De la Serna, en aquella comparecencia de julio del año pasado, aprovechó un foro en el que se dieron cita un buen número de empresarios y de representantes institucionales, entre otros, para mantener la apuesta del Ejecutivo central de prolongar el trazado ferroviario desde Fuengirola, hasta donde llega en la actualidad, hasta la parte occidental de la Costa del Sol. En este sentido, dijo que su departamento tenía la intención de sacar a información pública a lo largo de 2018 el estudio ambiental del estudio informativo ya redactado por la empresa Ineco y que viene siendo sometido al trámite ambiental desde más de año y medio. En este mismo marco procedimental, apuntó que "en septiembre u octubre" del año pasado se iba a impulsar una campaña geotécnica necesaria para profundizar en los detalles de las tres alternativas de trazado objeto de análisis.

Ineco apuntaba dos alternativas de trazado, una prácticamente soterrada

A la espera de conocer los detalles que aporte hoy el ministro, de lo conocido hasta la fecha del trabajo de Ineco queda constancia la enorme dificultad que tiene llevar el tren a Marbella, única ciudad de todo el país con más de 100.000 habitantes que sigue careciendo de una conexión ferroviaria. Fundamentalmente porque la ocupación urbanística de la franja litoral hacen inviable la posibilidad de reservar suelo para la ejecución del tren en superficie. Y por ende, en el supuesto de querer aproximar la vía ferroviaria a los núcleos de población, su construcción habría de ser principalmente subterránea; mientras que si se busca abaratar los costes, la infraestructura tendría que ser desplazada al norte, por zonas menos edificadas.

El estudio inicial elaborado por la empresa pública redujo de cinco a dos las alternativas de trazado posibles. Cada una con sus pros y sus contras. Según ese documento oficial, la primera de las opciones traza una línea de 52,9 kilómetros de longitud, ejecutados de manera subterránea (apenas un 1% estará a la luz del día). De ellos, 35,5 kilómetros serían ejecutados mediante tuneladora bitubo. Detalles que guardan semejanza con el proyecto en su día planteó la Junta y que elevaba el coste de la intervención a unos 3.700 millones de euros (a los que sumar cerca de mil millones más para un trazado alternativo entre Málaga y Fuengirola). La segunda opción, llamada alternativa mixta, partiría del entorno de la estación de Fuengirola, atravesando los mismos términos municipales, así como Benahavís. La principal diferencia sobre el otro trazado es que se aproxima en su parte inicial y final a la autopista AP-7, mientras que la parte intermedia lo hace junto a la carretera A-7. El estudio apunta que la primera parte del trazado, hasta Marbella, y desde San Pedro Alcántara, discurre por zonas no urbanizadas, lo que permite que haya tramos en superficie. Tiene una longitud algo mayor, de 55,2 kilómetros, de que se plantea que 38,5 kilómetros sean soterrados, quedando un 30% en superficie.

De otro lado, el ministro presentará el proyecto de vía de servicio, carriles de trenzado y cambio de velocidad en la autovía A-7, sentido Cádiz, entre los kilómetros 184+600 y 188+200, en Marbella. El valor de licitación de esta actuación según los datos oficiales del propio ministerio, se fijaba en 3,9 millones de euros.