Conmemoración

Francia, una segunda patria para el alcalde

  • El país galo conmemora al alcalde con la más alta distinción del país

El embajador de Francia en España, Yves Saint-Geours, coloca la insignia de la Legión de Honor a De la Torre.

El embajador de Francia en España, Yves Saint-Geours, coloca la insignia de la Legión de Honor a De la Torre. / m. h.

Cuando un joven Francisco de la Torre llegó a la Bretaña francesa a mediados de los años sesenta, algo en su vida cambió. El imberbe chico malagueño que se había criado bajo el ala sociológica del régimen franquista quedó impresionado con la diversidad de pensamiento y opinión con la que los habitantes del país galo vivían su día a día. Los dos años que el futuro regidor de Málaga pasó en la ciudad de Rennes orientaron su determinación por hacer de la capital de la Costa del Sol "una ciudad cosmopolita, abierta al mundo, receptora de innumerables culturas".

Ello fue también el motivo por el que el presidente de la República, Emmanuel Macron, decidió otorgar la máxima distinción de Francia, la de Oficial de la Orden Nacional de la Legión de Honor, a De la Torre. El alcalde no pudo evitar emocionarse al recibir la conmemoración de manos del embajador del país galo en España, Yves Saint-Geours, quien previamente había repasado toda su vida poniendo énfasis en su capacidad de "servir en función del interés general".

El diplomático francés hizo un juego de palabras con la barriada que vio nacer a De la Torre, La Victoria, "un augurio formidable cuando Europa vivía su época más oscura". Y es que el regidor nació en 1942, año en el que las fuerzas aliadas cambiaron la tendencia en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial para derrotar a la Alemania nazi. A la nueva Europa que nació tras el conflicto, el alcalde "ha dedicado su vida para consolidarla".

En ese paseo por la línea de la vida de De la Torre, también hubo lugar para recordar el papel que jugó en el intento de golpe de estado de del 23 de febrero de 1981. Por aquel entonces era diputado por la Unión de Centro Democrático (UCD) y cuando Tejero tomó rehén al Congreso De la Torre, escondido en su bancada, cogió la radio de otro parlamentario para escuchar las noticias e informar al Gobierno de que el golpe hacía aguas fuera del Congreso.

Como regidor de Málaga, el alcalde fue el gran valedor para que Málaga acogiera la primera, y única hasta el momento, sede del Centro Pompidou fuera de las fronteras galas. Contribuyó al desarrollo de la Alianza Francesa de Málaga, institución que aboga por favorecer el intercambio cultural entre España y Francia y que este año cumple sus bodas de oro con una buena salud refrendada con los 1.400 alumnos que allí estudian francés. Además, el éxito en las celebraciones de las cumbres hispano-francesas de 2002 y 2017 fueron la guinda al pastel de la candidatura de De la Torre a recibir el reconocimiento.

Solo en un aspecto el alcalde quiso competir y derrotar al país galo: en la carrera por crear una ciudad competitiva que atraiga inversiones de empresas dedicadas a la tecnología. Y es que durante su estancia en Francia el regidor leyó en la prestigiosa revista L'Express el planteamiento de convertir la Costa Azul -en el sur del país vecino- en una alternativa europea a Sillicon Valley. "Sin embargo, yo siempre pensaba en Málaga como destino ideal para la innovación y los emprendedores".

La relación de De la Torre con Francia se remonta a sus años de Bachillerato, cuando tomó sus primeras clases de francés pensando ya en una futura marcha al país galo. Aquellos dos años en la Universidad de Rennes expandieron las fronteras sociales y sapienciales del actual regidor, y sirvieron para forjar una relación con el país vecino que aún da sus frutos. El respeto "por los valores universales de libertad, igualdad y fraternidad" quedaron impregnados en la forma de ser del joven estudiante de 23 años que puso rumbo a Francia para buscar una alternativa a la cerrazón de la España de entonces.

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