¿qué pasó con?

Francisco Oliva, pionero en la representación de Málaga

  • Ha sido el único andaluz diputado en los tres parlamentos; el andaluz, el nacional y el europeo

  • Dirigió la escuela de La Cónsula y hoy cree que una "mano negra" ideó su abandono

Francisco Oliva ha llegado el primero a muchos cargos públicos, todos de la mano del PSOE, en el que milita hace más de cuatro décadas, pero lleva a gala el no haberse perpetuado en ellos y se siente especialmente orgulloso de haber fraguado, en su etapa de consejero de Empleo, la creación de la escuela de hostelería de La Cónsula. Su larga trayectoria pública como diputado, concejal o consejero no le ha impedido lanzar duras críticas hacia quienes desde la propia Junta -una "mano negra", dice- propiciaron la caída de la joya de la formación culinaria. "No he visto nada más injusto que eso", argumenta hoy tras jubilarse en 2012 como director de la escuela y censurar a los tres consejeros malagueños que participaron "tan activamente en cargársela", como fueron Luciano Alonso, José Sánchez Maldonado y Javier Carnero.

Francisco Oliva estudió Derecho, como sus otros tres hermanos, y su primer empleo fue como abogado en Madrid, antes de regresar a Málaga para trabajar "por necesidad" como letrado en los sindicatos verticales. El derecho laboral centró desde entonces su trayectoria profesional, y también política. Nada más entrar en la UGT y el PSOE, forma parte de la primera ejecutiva del sindicato y del primer gobierno de la Junta Preautonómica de Plácido Fernández Viagas como secretario general técnico de la Consejería de Interior que dirigía Carlos Sanjuán. En aquel gobierno también estuvo el hoy alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.

Oliva integró después la primera corporación democrática de Málaga con Pedro Aparicio como alcalde, aunque sus diferencias con el regidor le llevaron a dejar el puesto sin terminar el mandato. En 1982 es elegido diputado de Málaga y cuatro años después da el salto a la política europea como eurodiputado, un cargo que le dejó muy buenos recuerdos, como el izado por vez primera de la bandera de España en el Parlamento Europeo tras la entrada del país en la Unión. En esta etapa, asegura, los diputados españoles tenían fama de ser muy activos y de hecho, dice, "nos llamaba los alemanes del sur" porque al contrario que otros como los italianos, no se perdían una reunión. El puesto le permitió conocer de cerca a mandatarios internacionales como el líder nacionalista palestino Yasser Arafat, cuya conferencia en el Parlamento, invitado por el grupo socialista, tuvo una gran repercusión a finales de los años 80. El intento de los eurodiputados de volver a repetir el éxito con el líder cubano Fidel Castro se frustró por una crisis política de última hora en el país caribeño. Por lo menos, recuerda hoy con una amplia sonrisa, él y otros cuatro diputados europeos comieron junto a Castro y García Márquez en el mejor restaurante de la Habana.

Tras regresar de Europa a Oliva le esperaban los cargos más relevantes de su carrera. Manuel Chaves le llamó en 1990 para ser consejero de Empleo. Fueron años "duros", asegura, por las crisis laborales y el cierre de grandes empresas, que llevó a la Consejería en esta etapa a poner en marcha ayudas directas a los trabajadores afectados por Expedientes de Regulación de Empleo, las que años después han terminado en los tribunales y llevado al banquillo, entre otros, al propio Chaves. "Era una forma de que la empresa subsistiera", mantiene Oliva, convencido de que el sistema se ideó y aplicó con este fin. "En mi tiempo no hubo nada", dice.

Tras dejar Empleo, es elegido diputado andaluz por Málaga y entonces se convierte en "el único andaluz diputado en los tres Parlamentos". Luis Planas también lo hizo, pero había nacido en Valencia.

Tras un breve paso laboral por el antiguo Inem, tras rechazar ir de candidato al Senado, decide regresar a la política local y disputar la candidatura para la alcaldía de Málaga a Eduardo Martín Toval, el político que el partido se había traído de Madrid cuatro años antes tras una exitosa carrera parlamentaria. Los mismos que convencieron a Oliva de que se presentara a esa elección interna terminaron por darle la espalda, pero aún así salió victorioso de la consulta entre los militantes. En esas elecciones de 1999 consiguió subir dos concejales, pero lejos de arrebatar el gobierno al PP que, con Celia Villalobos a la cabeza, logró su primera mayoría absoluta. "Málaga es una ciudad extraña; la misma ciudad que votaba a Pedro Aparicio votaba a Villalobos", dice.

Cuatro años después la suerte no le acompaña y pierde las primarias con la secretaria general del partido, Marisa Bustinduy. Sería la propia Bustinduy la que le llamaría años después para dirigir la Cónsula, puesto en el que permaneció hasta que surgieron los primeros problemas económicos en 2012. "Conseguimos que los empresarios o profesionales llevaran a esa escuela a sus hijos", dice con orgullo y remarca que el sector le reconoció con la medalla de la Asociación de Hosteleros de Málaga. En su chaqueta aún hoy luce una insignia con el emblema de la escuela.

Francisco Oliva, en La Cónsula en 2008, en la presentación de los actos de aniversario de la escuela.

Francisco Oliva, hoy, en un establecimiento del centro, seis años después de jubilarse.

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