Sonrientes y emocionados, con su mochila o camiseta a juego, posan en fotografías los grupos de jóvenes que en ediciones anteriores fueron becados por la Fundación Unicaja para vivir una experiencia de inmersión lingüística y vital durante tres semanas en Estados Unidos. Y es que convivir con una familia en un país y una cultura totalmente distinta, asistir a clases en un instituto de la ciudad acogedora y compartir la aventura con otros compañeros intensifican el valor y el aprovechamiento de la estancia. El grado de satisfacción es alto, como apuntan los responsables, y las solicitudes mucho más numerosas que las plazas ofertadas. Por eso se siguen convocando, desde hace casi 30, las Becas USA Unicaja 2018. Este año se otorgarán diez totales y 65 parciales en las que las familias tendrán que aportar 1.100 euros del precio total por alumno, algo más de 2.700 euros.

Podrán participar alumnos matriculados este curso en Andalucía y Ciudad Real de edades comprendidas entre los 14 y los 17 años. Desde hoy y hasta el 1 de abril se podrán inscribir los interesados en la web del Campus Unicaja, www.campusunicaja.es. Habrá una primera criba de los solicitantes por la nota del expediente académico y, posteriormente, se les realizará una entrevista presencial en inglés por docentes nativos.

Sergio Corral, director general de la Fundación Unicaja y Sara Merino, directora de la Organización para Idiomas en el Extranjero Aston Herencia, presentaron ayer la convocatoria que ya ha becado a más de 1.200 jóvenes desde su puesta en marcha en 1989. "La entrevista nos sirve para valorar no sólo el nivel de inglés sino también su motivación personal", apuntó Sergio Corral.

Así se hará la selección de los becados que contarán con la ayuda total según el nivel de renta familiar. "Hemos ampliado de cinco a diez las becas totales porque nos encontrábamos con expedientes brillantes pero cuyas familias no podían hacer frente a ese gasto", comentó el director general de la Fundación Unicaja. Además, la entidad ofrece 50 plazas de libre acceso a precio reducido para aquellos estudiantes que, aunque no consigan beca, quieran participar en este programa beneficiándose de un importante descuento respecto al precio de mercado de actividades similares.

"No es sólo aprender inglés sino integrarse completamente en la sociedad estadounidense, va a vivir con una familia y a estudiar en un centro de allí, va a conocer su ciudad y la relación después suele perdurar y eso hace que la conexión con el idioma nunca se pierda", explicó Corral y señaló que las familias acogedoras lo hacen de forma voluntaria y que son ellas las que eligen a los estudiantes que van a pasar en sus casas tres semanas desde primeros de septiembre. Sara Merino subrayó que la "mejor manera de aprender un idioma es vivirlo, dar la oportunidad de experimentar esa cultura e ir mucho más allá en cuanto al aprendizaje".