Parece ciencia ficción; pero es ciencia, no ficción. Los navegadores y las ondas bluetooth sirven para mejorar los resultados de las operaciones en las que se colocan prótesis de rodilla. Así lo demuestra un estudio en el que han participado sólo 10 hospitales en todo el mundo . Entre ellos, El Ángel, de Málaga; además de otro centro español. Hasta hace unos años, los cirujanos que tenían que colocar una prótesis de rodilla -una intervención que generalmente se hace para tratar el desgaste provocado por la artrosis- debían estimar su mejor ubicación en la articulación recurriendo a instrumental mecánico. El margen de error de la prótesis colocada era de unos tres grados.

Hace una década, el hospital privado malagueño comenzó a utilizar un navegador que, a modo de GPS, guiaba a los cirujanos en el quirófano. Los médicos colocaban en el fémur y la tibia del paciente unos dispositivos que transmitían información a un ordenador para crear un mapa tridimensional de la articulación. Los cirujanos disponían así de una rodilla real y otra virtual a su imagen y semejanza para operar con más precisión.

Pero lo sensores fijados en la tibia y el fémur normalmente funcionan por rayos infrarrojos y suelen sufrir interferencias. El Ángel ha probado y demostrado la eficacia de un nuevo sistema de navegación -el iAssit- en el que la transmisión de datos desde la rodilla al ordenador se hace por bluetooth. Así se eliminan las interferencias y se gana en precisión. El margen de error ahora es de un grado.

El nuevo sistema permite a los cirujanos colocar la prótesis según la posición que precisa cada paciente concreto. "Y cuanto más precisa sea la colocación de la prótesis, funcionará mejor, durará más y tendrá un mejor resultado", explica el traumatólogo Francisco Hernández Negre que realiza la técnica en El Ángel junto con su colega Francisco Estades Rubio.

Las nuevas tecnologías mejoran así los resultados quirúrgicos. Gracias, eso sí, a profesionales que se esfuerzan en ponerlas al servicio de los pacientes.