El Quinqué

Gámez da la medida

  • Al margen de que Gámez estuviera en el sitio justo en el momento oportuno, su lealtad, tan escasa en la política de hoy, contribuyó a sosegar la crispada vida interna del PSOE de Málaga diciendo que ganara Rubalcaba no supone una derrota de la dirección provincial

EL foco de la noticia ha vuelto a poner en el primer plano a María Gámez, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Málaga, por su inesperada aparición como vocal de la nueva ejecutiva federal de su partido tras la celebración de su XXXVIII Congreso. Cuando abandonó la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga, Gámez debía ya intuir que su aterrizaje en la política municipal de la capital malagueña era una apuesta a largo plazo. Posiblemente, nunca se sabrá, si el cartel de las elecciones municipales del pasado mes de mayo lo hubiera ocupado otra cara, quizá más popular entre los ciudadanos, el resultado de las urnas habría sido otro. Pero la cabeza de lista de los socialistas no se arrugó ante la adversidad y además de intentar rodearse del mejor equipo posible, en el que brillan excelentes profesionales como Carlos Hernández Pezzi o José Sánchez Maldonado, a los que junto al resto de los compañeros se les ve pisando la calle, se propuso impulsar un nuevo ambiente en la Casona del Parque.

Una estrategia que pasa por primar el consenso sobre el enfrentamiento, pero manteniendo firme un modelo de ciudad alternativo al que vienen dibujando los populares desde hace ya demasiados años. Por otra parte, en el PSOE saben que en el Consistorio huele a fin de ciclo y que parece llegado el momento de aportar los ingredientes precisos para ir forjando, paso a paso, el proyecto político que vuelva a ilusionar a los vecinos.

Razón por la que hay que saludar las declaraciones realizadas ayer por María Gámez cuando aseguró, tras su ascenso en la vida orgánica, sobre la que, por cierto, debería esmerarse en aprender sus complicados recovecos, que no tiene ninguna aspiración de ocupar plaza en la lista de su partido para las elecciones andaluzas, donde, por otra parte, ya hay overbooking de aspirantes. La portavoz municipal puso de relieve que conoce su camino cuando dijo que "me comprometí al cien por cien con esta ciudad, mantengo ese compromiso y no voy a hacer más que trabajar por Málaga".

Al margen de que Gámez estuviera en el sitio justo en el momento oportuno; de la polémica sobre quién fue el que la apadrinó para su nuevo cargo; sobre su predilección por Alfredo Pérez Rubalcaba, ya ha explicado que le considera un "icono" de toda la vida, la portavoz municipal socialista hizo ayer también demostración de la necesaria lealtad, tan escasa en la política de hoy, y contribuyó a sosegar la crispada vida interna del PSOE de Málaga diciendo que ganara Rubalcaba en lugar de Chacón "no supone una derrota" de la dirección provincial porque, a su juicio, "se supone que había distintas opciones y que haya distintas voces no quita legitimidad". "No hay derrotados" insistió quitando miga a un tema que parece querer ser evitado de uno y otro lado, para explicar después que al final "estamos todos apoyando al mismo". "Es lo que tiene un proceso democrático dentro de un partido", que "otros no tienen" y, por tanto, "no cuentan con ese problema", dijo María Gámez cuya postura, según fuentes de su entorno más inmediato, no puede considerarse como una pose política pasajera. "Su relación con la actual dirección es excelente", insistieron las fuentes, que también calificaron como de cordiales las que mantiene con los compañeros encuadrados en Socialistas Hoy. Un granito más de la representante socialista para aportar calma y unidad al laborioso proceso de confección de las candidaturas, sobre las que el secretario regional, José Antonio Griñán, volvía ha asegurar ayer mismo que van a ser "consensuadas y de integración y en las que efectivamente elijamos a los mejores para los mejores sitios".

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