cultura

Invader, seis meses y creciendo

  • Los iconos siguen instalados en 15 edificios del Centro, dos de ellos BIC

Una de las obras de Invader, en el Palacio Episcopal, con la Catedral a fondo.

Una de las obras de Invader, en el Palacio Episcopal, con la Catedral a fondo. / Javier Albiñaba

A pesar de la presunta ilegalidad de su intervención, de las continuas exigencias para que se proceda a su retirada, Invader sigue afincado en Málaga. No en cuerpo pero sí en espíritu, el transmitido a las obras que hace ahora seis meses decidió regalar a la capital de la Costa del Sol. Medio año pasa ya desde que el artista francés desembarcó en la urbe para dejar sobre las fachadas de una veintena de edificios del Centro histórico, entre ellos dos catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC), su particular sello. La intervención, que también afectó a otros inmuebles del resto de la ciudad, fue anunciada como la primera de las invasiones que tenía proyectadas.

La aparición de los iconos coloridos provocó la reacción de la Junta de Andalucía, a quien compete autorizar o no la plasmación de esta experiencia artística en el casco antiguo, dada la existencia de protección sobre el mismo. Lejos de buscar su beneplácito, Invader lo eludió, actuando sin contar con los permisos requeridos. Una circunstancia que provocó, el 9 de junio pasado, que la Consejería de Cultura tomase cartas en el asunto ante la posible existencia de un delito contra el patrimonio. Desde la Administración regional se hizo una primera reclamación al Ayuntamiento para que procediese a retirar los mosaicos, llegando a catalogarlos como "ilegales", y se solicitó la colaboración del Seprona para "el esclarecimiento de estos hechos y la identificación de sus responsables, dado que podrían ser constitutivos de ilícito penal o administrativo". La respuesta municipal fue la ignorar este primer llamamiento, así como otros posteriores.

Más de cuatro y meses después no hay novedades en la intervención del Seprona. Y desde la Junta se aseguraba que todo sigue en el punto en el que se encontraba. Desde la Casona del Parque, el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, adujo en su momento que no se daban "ninguno de los supuestos recogidos en la legislación urbanística aplicable que obliguen a la intervención urgente e inmediata en los mosaicos". Y precisó que antes de poder actuar será necesario que se identifique al autor y de que el Seprona termine las investigaciones.

Uno de los afectados por la actuación de Invader fue el Obispado de Málaga, propietario del Palacio Episcopal, uno de los empleados por el artista para dejar su huella. Desde la institución se informó de que se sigue a la espera de que las instituciones implicadas tomen una decisión para que se proceda a la retirada del mosaico. Asimismo, aludieron a que desde que apareció la obra se remitieron dos peticiones de actuación tanto a la Junta como al Ayuntamiento.

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