"Fue un accidente , un mal trago por el que no he podido dormir en toda la noche pensando en lo que lo había ocurrido a los clientes", reconoció Carmelo Mingorance, el propietario del restaurante de Nerja donde el martes por la noche dos turistas resultaron heridos con quemaduras de segundo grado tras pedir chorizos al infierno. "Todos reaccionamos en cuestión de segundos. Los camareros enseguida echaron manteles encima y uno de los comensales su chaqueta", recordó el dueño del negocio, quien matizó que jamás pensó que "la tapa fuese tan peligrosa". "Es una tapa típica que se sirve en Nerja desde hace 30 años", dijo.

De hecho, en algunas tiendas venden los cuencos de barros especiales donde se deposita el chorizo, al que se le prende fuego con alcohol en la misma mesa del cliente", explicó Carmelo, quien tras atender a los heridos y llamar a la ambulancia, fue a la cocina a tirar los chorizos al cubo de la basura. "Este plato no se volverá a servir aquí", aseguró Mingorance quien por la mañana dio aviso al seguro. "Son dos holandeses muy correctos que están de vacaciones en Nerja y ya habían venido varias veces a cenar", destacó el propietario.

Según relató, los hechos ocurrieron sobre las 21:00 cuando tras pedir la tapa de chorizo al infierno y ver como se cocinaba en su mesa "con una pequeña cantidad de alcohol", llamaron al camarero para que volviese a prenderlo. Sin embargo, aunque no era visible, el fuego no se había extinguido completamente y quedaba una llama. "Sólo con abrir la botella de alcohol, se expandieron los gases y se incendió por la proximidad de la llama que quedaba en la cazuelita", explicó Carmelo. Entonces el camarero -que también tiene pequeñas quemaduras- tiró la botella a la mesa, y les cayó en la ropa.

Los heridos - un hombre de 51 años y una mujer de 48 años- fueron trasladados al Hospital Comarcal de la Axarquía en Vélez-Málaga con graves quemaduras en varias partes del cuerpo. Después, fueron enviados al Hospital Regional de Málaga. Presentan quemaduras en hombros, rostro, tórax y manos, que representan una superficie corporal quemada del 20 y 15%, respectivamente.