La crisis, según los estudiantes de Económicas

Jóvenes titulados en época de crisis

AUNQUE algunos se empeñen en calificar a los jóvenes de hoy en día como la generación perdida, baby losers, y e incluso se llegue al extremo de bautizarlos como Generación cero, es un hecho cierto y comprobado que las últimas generaciones de jóvenes entre 18 y 24 años son las más y mejores preparadas académicamente para desempeñar una labor en un puesto de trabajo de rango superior.

A pesar de esto, nadie se ha podido escapar de los efectos de la crisis económica, y dentro de los afectados se encuentra también el grupo de estudiantes universitarios.

Ingenieros, técnicos, diplomados, licenciados, todos han visto desvanecer sus sueños de encontrar un trabajo, de ver reconocidos y compensados los años de estudios dedicados, el esfuerzo de muchas familias para darle a sus hijos un futuro mejor y brindarles la oportunidad que nunca ellos tuvieron, se ve frustrado ante tal crisis económica, que derrumba todos los planes de futuro de muchísimos jóvenes que comenzaron su carrera hace unos años con ilusión y afán de prestigio laboral. Hablo de prestigio laboral y de reconocimiento profesional porque si estos jóvenes hubiesen querido simplemente ganar dinero de una forma más fácil y rápida, existía la oportunidad de trabajar en cualquier bar, tienda, o cómo no, en la construcción, sector en el que tantos jóvenes vieron la salida más inmediata a conseguir dinero fácil.

Mientras estos trabajaban y ganaban dinero en una situación de coyuntura económica bastante favorable, la cual les permitía comprarse su primer coche, adquirir una vivienda, viajar, salir… aquellos que habían decidido seguir formándose con la idea de conseguir un buen puesto de trabajo y una mayor estabilidad, estudiaban. Estudiaban porque existía la idea de que para todo aquel que estudiase una carrera y obtuviese un título universitario, las posibilidades en el futuro de un empleo mejor valorado serían mayores. Se hablaba mucho de ese término tan empleado en la jerga económica: coste de oportunidad, que en términos coloquiales viene a decir el valor de lo que dejamos de percibir por haber aceptado otra alternativa distinta, que en el caso de los estudiantes universitarios, el coste de estar estudiando más años era menor que el de irse a trabajar, pues lo que se ganaría al finalizar la carrera y encontrar pronto un trabajo compensaba en mayor medida al dinero que hubiese ganado si hubiera decidido emprender antes la carrera laboral.

Era esta la mayor motivación que tenían estos jóvenes estudiantes.

Ahora la situación ha cambiado.

Estos estudiantes que hace unos años empezaron a formarse ya han obtenido después de muchos años de esfuerzo, noches sin dormir y mucho empeño, un título universitario, y es ahora cuando comienza para éstos la tarea de encontrar trabajo. Pero ¿qué ocurre ahora? ¿Dónde hay trabajo? ¿Qué hay de aquello que se decía antes?

Ahora no queda nada, es una misión imposible encontrar un trabajo, y si tiene la oportunidad de concertar alguna entrevista, alimentan esa ilusión que luego se desvanece ante la espera de una llamada que nunca se produce.

Exigen experiencia, pero ¿cómo van a tenerla si acaban de terminar y no existe posibilidad alguna de adquirirla? ¿Son las empresas ahora más exigentes que antes?

El tiempo de búsqueda del primer empleo se alarga. ¿Y qué hacer mientras tanto? ¿Esperar? A muchos no les queda más remedio que seguir estudiando, aprovechan este tiempo para especializarse en algo que les haga "destacar" del resto, a la espera que mejore la situación y poder en un futuro incorporarse al mundo laboral.

Pero, ¿hasta cuándo van a estar soportando esto? ¿Creen ahora que les han merecido la pena estos años de estudios? ¿Qué ha ocurrido con las empresas que acudían a las universidades en busca de universitarios que aún no habían si quiera acabado la carrera? ¿Se convertirá el extranjero en el destino de nuestros jóvenes recién titulados? ¿Qué pasará con estas generaciones? ¿Quedarán rezagadas respecto a las demás cuando dentro de unos años todo esto haya pasado? ¿Podrán desempeñar en un futuro la labor para las que están capacitados?

El futuro aún es incierto, pero como estudiante y futura titulada tengo la esperanza de que esta situación cambie.

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