La llegada de la plaga del picudo rojo al Parque de Málaga ha abierto un nuevo frente entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía. Mientras la concejal de Parques y Jardines, Teresa Porras, culpa al Gobierno autonómico de "dejadez de sus funciones" por no haber retirado a tiempo las palmeras afectadas por la plaga y pide la dimisión inmediata del delegado provincial de Agricultura, Antonio Moreno, la Junta insiste en que la competencia de conservar el patrimonio vegetal es de los ayuntamientos y que su papel es "únicamente el de colaborar con ellos".

La aparición el miércoles de dos palmeras canarias infectadas por el escarabajo en el Parque ha sido el detonante. El Ayuntamiento acusa a la Junta de que hay 120 ejemplares pendientes de ser cortados en la ciudad, lo que ha podido favorecer la propagación de la plaga durante los últimos meses.

Pero el consejero de Agricultura, Martín Soler, que ayer acudió en Málaga a una jornada de trabajo sobre la Política Pesquera Común, aseguró que al no ser la palmera una especie productiva "la responsabilidad de prevenir y atajar la enfermedad es de los ayuntamientos en el caso de las públicas y de los particulares en el de las privadas". No obstante, aclaró que se pondrá en contacto con el Ayuntamiento de Málaga lo antes posible para tratar de agilizar el corte de las palmeras pendientes para tratar de frenar la expansión del escarabajo.

Aún así, la concejal de Parques y Jardines de la capital advirtió de que el Ayuntamiento enviará al Gobierno andaluz la factura de alrededor de 200.000 euros gastados hasta la fecha en el tratamiento preventivo y la retirada de las palmeras afectadas.

Los técnicos municipales aplicarán tratamientos fitosanitarios las dos palmeras del Parque para no tener que cortarlas, como ha ocurrido con otros casos en la zona de El Palo y Pedregalejo.