La Junta de Andalucía parece ya afrontar definitivamente la adjudicación del contrato que debe permitir reactivar este mismo verano el tramo infinito del Metro Renfe-Guadalmedina, iniciado hace ahora casi 99 meses, y en estado de paralización desde hace algo menos de tres años. Tras conocerse la valoración técnica otorgada por la mesa de contratación a las doce grupos empresariales que pugnan por esta actuación, valorada en casi 30 millones (IVA incluido), ayer se conocieron las ofertas económicas.

Conforme a los parámetros objetivos, la horquilla oscila entre un máximo de 27.980.119 euros, correspondiente a Prinur/Sacyr, y el mínimo de 23.320.567 euros, de Aldesa/Proacon/Pérez Jiménez. Del análisis de las cantidades, llama la atención la prudencia con la que todas las uniones temporales han afrontado el desarrollo de la obra. Frente a lo ocurrido con el tramo Guadalmedina-Atarazanas, que fue licitado por 44,6 millones y adjudicado en 26,6 millones, con una rebaja de casi el 45%, en este caso el valor medio se eleva a unos 26,4 millones, apenas un 11,8% menos que el precio de partida.

La decisión final por parte de la mesa de contratación se hará esperar aún varios días, dada la existencia de un grupo, el integrado por Ogensa, Guamar y M. Casillas, a la que se ha dado un plazo de tres días hábiles para subsanar un serie de defectos encontrados en su documentación. Será a partir de ese momento cuando se podrá formular una propuesta de adjudicación tomando como referencia, además de las proposiciones económicas, las técnicas.

Tras la apertura de los sobres que integran los compromisos presupuestarios, la posición de la alianza de Acciona/Sando parece que mantiene una posición de ventaja. Cabe recordar que este consorcio es el que cuenta con una mejor puntuación técnica, con 94,77 puntos, por delante de OHL/Eiffage, con 92,87, cuya oferta económica es superior a la de Acciona, y FCC/Naxfor, con 91,5, que sí se compromete a desarrollar la obra por unos 800.000 euros menos. En este ranking parcial cabe señalar la posición de Dragados/Otero/Maygar, la quinta con mejor puntuación técnica (89,61) y la quinta en la parte económica.

Se da la circunstancia de que las propuestas monetarias más reducidas coinciden con aquellas que peor puntuación técnica tuvieron, algo que, dado el criterio que se sigue para la adjudicación, igualando el valor de la parte técnica y la económica, prácticamente las inhabilitan.

El objeto del contrato incluye la ejecución de la infraestructura y la reurbanización no desarrollada por el anterior adjudicatario, Grupo Ortiz, incluyendo todas las unidades de obra necesarias para completar el tramo inacabado. La longitud del mismo es de 713 metros y discurre en subterráneo, con tres niveles de profundidad, debido a la confluencia de las dos líneas en la estación Guadalmedina. De estos tres niveles, en el nivel -1 se sitúa el vestíbulo y en los niveles -2 y -3, los andenes y vías de ambas líneas.

El proyecto incluye la construcción de la estación Guadalmedina, cuya terminación ya se asume se alargará cuatro o cinco meses más que el resto de la actuación. Esta circunstancia no impedirá que pueda prolongarse el servicio del Metro desde el intercambiador de Renfe hasta la Alameda Principal. Eso sí, sin que los trenes puedan detenerse en la parada que se situará en la Plaza Manuel Alcántara, en la confluencia de Avenida de Andalucía con la calle Armengual de la Mota. El contrato, además de la parte de infraestructura, incluye las investigaciones arqueológicas que restan por ejecutar.

Otro de los detalles que por el momento no ha trascendido es el plazo manejado para desarrollar esta parte del trazado ferroviario. El calendario marcado en el pliego de condiciones que rige el concurso es de 22 meses. De no alterarse el mismo, la culminación de la infraestructura y reurbanización se alargaría, al menos, hasta abril o mayo del año 2020. Pero a este plazo habrá que sumar a posteriori los meses necesarios para acometer el resto de fases necesarias para la adecuación del túnel del suburbano. En su última comparecencia pública, el consejero de Fomento, Felipe López, apuntó a finales de ese ejercicio como el momento probable para que los trenes lleguen a la Alameda.