El Ayuntamiento de Málaga retiró en la mañana de ayer los dos urinarios portátiles que previamente había instalado sin autorización de la Junta de Andalucía junto a la fachada sur de la Catedral de la capital, edificio que cuenta con la máxima protección arquitectónica y que está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC). Esta circunstancia obliga a que cualquier actuación sobre el inmueble mismo o su entorno directo deba contar previamente con los informes favorables de la Delegación Cultural, extremo que, según confirmó la responsable del departamento autonómico en la provincia, Monsalud Bautista, no se produjo.

"No tenemos petición ninguna para colocarlos en ese punto", confirmó Bautista tras comprobar si la ubicación de los sanitarios había sido objeto de algún informe por parte de su departamento. La delegada, visiblemente molesta por lo ocurrido, llegó ha considerar el gesto del Consistorio como "un desprecio absoluto hacia el patrimonio" de la ciudad e informó de que "se actuará como se tenga que hacer". Y ello, admitió, implicará la incoación de un expediente sancionador.

Sobre el alcance del mismo, la delegada dijo que será necesario esperar a lo que decidan los técnicos del área. "Es verdad que daños no ha habido, más que el de la imagen", dijo, al tiempo que insistió en que la cuestión es que "no se puede hacer nada sin que esté informado por la delegación ni en la Catedral ni a 50 metros de la Catedral". Y llamó la atención sobre la imagen del templo desde el pasado sábado: "lo fuerte es que desde que lo pusieron hasta anoche [por el miércoles] mismo todo el mundo que le haya hecho una foto de la Catedral habrá sido con los servicios en ese sitio".

La gravedad de lo ocurrido provocó incluso la reacción ayer del consejero de Cultura andaluz, Miguel Ángel Vázquez, de visita en la ciudad. A su juicio, que el Ayuntamiento autorizase la instalación de estos urinarios junto a la Catedral es "un auténtico despropósito". Incluso, llegó a reclamar al Consistorio la retirada de los mismos, gesto que ya se había materializado horas antes.

"Es llamativa la falta de respeto del Ayuntamiento de la capital, que ha actuado de manera negligente", criticó duramente, al tiempo que añadió: "la cultura hay que respetarla en todos los ámbitos y el patrimonio es uno de los ámbitos fundamentales". Para el consejero de Cultura, la Catedral "es la faz de la ciudad y un elemento tan representativo no se merece unos urinarios prácticamente en la puerta". "Es impensable colocar estos urinarios portátiles en la fachada de un Bien de Interés Cultural", sentenció.

El pasado miércoles, fue la propia concejala de Servicios Operativos, Teresa Porras, la que confirmó que había sido el Ayuntamiento el que planteó el lateral sur de la Catedral como uno de los puntos del Centro histórico en los que disponer una veintena de sanitarios portátiles. Y ya en ese momento, interpelada por este periódico, admitió la posibilidad de trasladarlos. "Si se ve muy mal lo cambiamos; el problema es el que es, que cada vez que se pone un baño no se quiere", dijo.