Casi 97 meses después de que la Junta de Andalucía adjudicase a Grupo Ortiz la construcción del tramo del Metro entre El Perchel y el río Guadalmedina, esta misma administración da el pistoletazo de salida para volver a contratar a otra empresa la terminación de un tajo paralizado desde hace casi dos años. El paso adelante se da después de que la pasada semana el Consejo de Gobierno andaluz acordase la rescisión del contrato con la constructora original.

Superado este escollo, la Agencia Andaluza de Obra Pública informó ayer de la próxima publicación de los pliegos del concurso para la terminación de esta parte del recorrido, con precio inicial de 24,75 millones de euros (sin IVA) y un plazo de 22 meses. Las empresas interesadas podrán presentar sus proposiciones hasta el 24 de julio. El empleo asociado a esta intervención se estima en 372 puestos, de los que 200 son directos.

Este procedimiento de contratación afecta exclusivamente a la fase de infraestructura, arqueología y urbanización que dejó pendiente Ortiz. De acuerdo con los datos manejados por el organismo regional, dependiente de la Consejería de Fomento. El nivel de ejecución del tramo, antes de su suspensión en septiembre de 2015, era del 65%, incluyendo parte de un modificado. La intervención arqueológica y el apeo de la muralla nazarí descubierta en Callejones del Perchel se situaba en un nivel de desarrollo del 72%.

Esta parte del trazado, clave para que los trenes puedan alcanzar el Centro, tiene una superficie lineal de 713 metros y una estación, bautizada como Guadalmedina. Todo su recorrido es subterráneo y una de sus principales particularidades es que el túnel del Metro es doble, superponiéndose uno sobre el otro, formando parte de la solución Bustinduy, nombrada de ese modo por el ingeniero que la ideó.

La información facilitada por Fomento precisa que hasta septiembre de 2015, la adjudicataria había materializado el 80% de los módulos de pantallas que dan forma a los túneles en la parte correspondiente a Callejones del Perchel, al 40% de la losa de cubierta del túnel y la estación. Estas intervenciones permitieron restituir y urbanizar el 44% de la extensión del tramo, que finaliza en el Puente de Tetuán. Es en este punto donde arranca el tramo Guadalmedina-Atarazanas, en ejecución. En cuanto al túnel, hasta la paralización de las tareas, los operarios habían excavado el 30% del primero de los dos niveles.

En cuanto a la parte del tramo que se extiende por la Avenida de Andalucía, los trabajos desarrollados se han limitado a la reposición de servicios -redes de suministro y saneamiento urbano-, que restan por completar, así como la ordenación del tráfico. Es por ello, que sea este punto donde se concentren el grueso de los trabajos ahora a contratar, incluyendo las pantallas, la excavación del túnel y la reposición de la urbanización.

El valor estratégico de este tramo es enorme, dado que de su construcción depende la posibilidad de extender hasta la Alameda Principal el servicio que actualmente se presta. Desde que el Metro arrancó su explotación comercial, a mediados de 2014, el recorrido está limitado entre el Martín Carpena y la Universidad, pasando por el intercambiador de Renfe. Este hecho aleja de manera importante a los viajeros del casco urbano. El retraso en resolución del contrato con Ortiz ha forzado a la Junta a volver a posponer al año 2020 la terminación de la red del suburbano, en la que también está en duda la posibilidad de avanzar en superficie hasta el entorno del Hospital Civil.