Málaga

Hasta que la Junta se pronuncie

  • David Fernández cumple 30 días en huelga de hambre, en los que ha perdido 17 kilos, para denunciar su exclusión de la bolsa de trabajo de Primaria

David ha perdido ya 17 kilos desde que hace un mes se pusiese en huelga de hambre para reivindicar lo que considera una causa justa: que la Consejería de Educación abra el plazo legal para el cambio de adscripción de la bolsa de trabajo del personal docente. Se le nota fatigado en cada uno de sus pasos y después de cada frase que pronuncia cuando explica la situación por la que está atravesando. No obstante, dice que no le teme al hambre aunque sí a que pueda volver a caer enfermo. El pasado domingo, un leve resfriado, le perjudicó gravemente y tuvo que acudir al hospital. Esto ha hecho que le sume a las bebidas isotónicas -su único alimento-, cuatro manzanillas al día y limón con miel.

Ni siquiera las peticiones de sus compañeros, la de sus padres o la de su novia, le sirven para que abandone la huelga. Los dolores de cabeza y de espalda que empiezan a aquejarle tampoco hacen mella en su firme decisión. "No voy a parar porque entonces todo esto no habrá servido de nada. Espero no tener que ingresar en el hospital pero no voy a parar hasta que la Junta de Andalucía no se pronuncie y ofrezca soluciones intermediarias y coherentes", explicó David quien insiste en que la Administración autonómica "ha fomentado la precariedad laboral del profesorado interino y ha perjudicado a muchos de los que ya estábamos trabajando".

Y es que David Fernández, este joven veleño de 27 años, diplomado en Educación Física, defiende que "como 4.000 andaluces, ha sido excluido de la bolsa de trabajo de Primaria", tras la convocatoria de oposiciones del pasado verano.

En agosto, se compró un piso con su novia que ahora no puede pagar, y critica que ha dejado varios puestos de trabajo fijo para realizar sustituciones en el cuerpo de maestros. Sin embargo, se queja de haber confiado en la Administración y "tener este pago".

Entre bromas, aunque tampoco le quedan muchas ganas, dice que estar en huelga de hambre en Navidad no ha sido un problema. No le ha importado privarse de mantecados, bombones o del tradicional pavo de Nochebuena. "Prefiero pasar una mala Navidad, que todas las que tendré que pasar si no se arregla mi situación laboral".

En su carta a los Reyes Magos sólo hay una petición: justicia. Está confiado porque espera que la próxima semana los sindicatos lleguen a un acuerdo con la Administración y se ordenen las bolsas de trabajo y se reconozcan los tiempos de servicio en todas ellas.

Su último colegio fue el Cándido Lara de Cómpeta, y en estos días, sólo se le ilumina la cara cuando piensa esperanzado en volver algún día a impartir clases en un centro de Primaria. "Imagínate si tengo ganas", finaliza la conversación emocionado.

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