Málaga

Juzgan a dos alemanes por intentar matar a un compatriota

  • Investigan si uno de los hombres pudo ser contratado para otro crimen un año antes

Dos hombres de nacionalidad alemana se enfrentan a una petición fiscal de ocho años de cárcel para cada uno por intentar matar a un compatriota el año pasado en Torrox.

Uno de ellos podría ser el sicario contratado por otra mujer alemana un año antes en la misma localidad para que matara a otras dos personas.

El juicio contra Dirk H. y su cuñado Adam R. se celebró ayer en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Málaga, que dejó el caso visto para sentencia.

Según el escrito de acusación del fiscal, Dirk y Adam se acercaron el pasado día 18 de junio de 2007 a Bernd Jurgen S. M. en la calle Balcones del municipio costero "con ánimo de causar su muerte" y a quien previamente habían amenazado con que "le matarían como a un perro".

Mientras Adam le increpaba y llamaba su atención, Dirk aprovechó para atacar a Bernd por la espalda golpeándole por sorpresa en la cabeza con una barra de hierro, a la vez que le asestaba varias puñaladas con un machete de grandes proporciones. El virulento ataque continuó una vez que la víctima estuvo en el suelo porque los acusados siguieron dándole patadas y golpes. No consiguieron acabar con su vida porque los gritos de auxilio de la víctima alertaron a los vecinos, quienes le asistieron y provocaron la fuga de los acusados.

El fiscal expone que, a consecuencia de la agresión, Bernd sufrió diversas heridas con arma blanca en diferentes zonas del cuerpo.

Uno de los acusados podría estar vinculado a otro intento de asesinato ocurrido un año antes en la misma localidad. Ocurrió en septiembre de 2006, cuando una mujer de 65 años, e iniciales T. E., fue detenida tras pagar 12.000 euros a un hombre, probablemente a uno de los dos procesados en este juicio, para que matara a dos personas.

La arrestada fue ingresada en la prisión de Alhaurín de la Torre después de que la Guardia Civil determinara que había encargado a la muerte de un súbdito marroquí y su pareja, sin que hubiera podido determinar los motivos de este macabro plan que arrancaba con la entrega de un revólver del calibre 38 con munición y los 12.000 euros.

Aunque en un principio aceptó la propuesta, finalmente se arrepintió y, según su testimonio, le devolvió el dinero a la mujer, a la que delataba ante la Policía. Un año después, puede que no se echara atrás y cumpliera otro encargo del que ahora se le acusa.

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