Málaga

Lágrimas y aplausos en el adiós multitudinario a Chiquito

  • Familiares, amigos, autoridades y cientos de vecinos de su Málaga natal se despiden del inigualable humorista en su misa funeral celebrada en la iglesia de San Pablo

Políticos, vecinos y amigos, en la misa esta mañana en la iglesia de San Pablo.

Políticos, vecinos y amigos, en la misa esta mañana en la iglesia de San Pablo. / Marilú Báez

Málaga despidió este domingo a Chiquito de la Calzada. Cuarenta minutos antes de que diese comienzo la misa funeral de Gregorio Sánchez Fernández, numerosas personas ya se congregaban a las puertas de la parroquia de San Pablo, en el barrio de la Trinidad, esperando para entrar en la iglesia que le rendiría un último tributo al humorista malagueño.En el interior, se encontraban presenciando la misa matinal su hermano, sus sobrinos y su cuñada, entre otros familiares, así como sus amigos Paz Padilla o El Morta. Conforme más se acercaba la hora de la ceremonia, otras personalidades de la comedia y de la actuación, como Bigote Arrocet o el cómico del extinto Dúo Sacapuntas, Manuel Sarria, se acercaban al templo para decirle adiós a su amigo. Este último le pidió a Chiquito que "no se olvide de nosotros, que falta nos hace que nos eche una mano desde el cielo", para después valorar que "el legado que nos deja es importantísimo para todos los malagueños y el mundo con su humor". Sarria destacó de su figura "la humanidad de un hombre que lo dio todo", si bien recordó que "desde que se fue su apoyo [Pepita] estaba solo" y confesó creer que "en los últimos días de vida se dejó ir", ya que "no comía ni nada".La despedida de Chiquito, un hombre que tantas risas y alegría dio a más de una generación, no podía ser un adiós silencioso y marcado solamente por la tristeza. Por eso, un fuerte y largo aplauso de la multitud de malagueños que hicieron un pasillo al paso de su féretro dio la bienvenida al cuerpo del cómico. El ruido de las palmadas se propagó a cada metro que avanzaba el ataúd hasta llegar a las escaleras de la parroquia, donde el estruendo, al grito de vivas a Chiquito, fue en aumento, al mismo tiempo que la iglesia se llenaba de vecinos que no dejaron una baldosa sin pisar y llegaban como personalidades institucionales el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el presidente de la Diputación, Elías Bendodo, o el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga, José Luis Ruiz Espejo.El féretro, una vez puesta encima una bandera con el escudo de Málaga, se colocó flanqueado por varias coronas de flores que rezaban "Hasta Luego Lucas", "Con cariño de tu hermano y sobrinos" o "Hijo Predilecto de Málaga". Junto a un crucifijo de Jesucristo, un gran cuadro con una fotografía de Chiquito sonreía a las cientos de personas que estaban reunidas en su memoria. Don Juan, el párroco que ofició la misa, le recordó como una "muy buena persona", cuya "prueba la tienen las personas que vienen ahora a despedirse de él", no sólo "porque lo hayan pasado bien", sino porque "ha alegrado la vida a mucha gente triste". "No tenía una mala contestación, era prudente, sencillo y humilde", dijo.Tras la lectura del Salmo 62 y la Parábola de las diez vírgenes del santo Evangelio según san Mateo 25, el cómico jerezano Manolo Medina dedicó unas palabras al genio malagueño. "Chiquito era parte de cada uno de vosotros; ha formado parte del decorado de una ciudad que lo ha sabido querer y, sobre todo, valorar con la sencillez con la que consiguió revolucionar todo un país", dijo. "No se va a morir de vida porque mientras un español diga Hasta luego, Lucas se le seguirá recordando a nuestro querido Gregorio", concluyó. Después, amigos y familiares se fundieron en abrazos y derramaron lágrimas por Chiquito; lágrimas que a partir de ahora volverán a repetirse, sí, pero de nuevo serán de risa. 

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