municipal Los socios privados poseen el 51% de la empresa

Limasa, la china en el zapato del alcalde

  • Desde que se hizo con la vara de mando, en mayo de 2000, las tensiones con la sociedad mixta de limpieza han protagonizado algunos de los episodios de máxima tensión en sus sucesivos mandatos

Casi 12 años al frente de la Alcaldía y una china en el zapato: Limasa. A Francisco de la Torre la relación con los socios privados de esta empresa mixta, de la que poseen el 51%, le ha costado más de un dolor de cabeza. Desde que se hizo con la vara de mando en mayo de 2000, el regidor ha sufrido, junto al resto de sus conciudadanos, dos huelgas en el servicio de limpieza, y sobresaltos constantes cada vez que empresa y trabajadores se sentaban a negociar las nuevas condiciones laborales, con especial tensión en lo que a los sueldos se refiere.

El último acontecimiento en este siempre difícil vínculo entre el Consistorio y Limasa trae consigo una nueva amenaza de huelga indefinida para el próximo 20 de febrero. ¿El motivo? El rechazo de los empleados a ver congelados sus salarios cuando la parte privada obtiene cuantiosos beneficios. Los datos aportados el pasado miércoles por el propio regidor los situaban en unos 2,6 millones, mientras que los empleados hablan de 3 millones.

Pero lo ocurrido ahorra no es más que una continuación de lo que casi se ha convertido en tradición en esta sociedad mixta, que el equipo de gobierno del PP se ha visto siempre incapaz de controlar. El alcalde, ante el paro planteado, opta por reclamar cesiones a las dos partes. A los unos, los trabajadores, que acepten la congelación, teniendo en cuenta que están mejor pagados que la media de empleados municipales y del sector; a los otros, a FCC, Urbaser y Sando, que renuncien a sus beneficios y a parte del canon que reciben de las arcas pública. Un gesto insuficiente para los operarios, que recuerdan que el ajuste salario se traduce en una reducción del gasto de 7,5 millones de euros.

¿Y si ninguno cede? La respuesta del Consistorio es clara: Limasa le costará más dinero a los malagueños. Estos parámetros constatan un situación cuanto menos kafkiana. Si el socio privado no satisface las demandas de sus trabajadores, ello no le repercute directamente a él, sino al Ayuntamiento de Málaga. Pero ¿cuánto le cuesta el servicio de limpieza a los malagueños?

Relevante es que desde la firma original del acuerdo la parte privada tiene garantizado un beneficio del 2% de la facturación anual, a lo que se suman, según explicó el comité de empresa, la aplicación desde 2005 de un fondo de compensación con el que el Ayuntamiento sufraga las gastos del servicio si es deficitario. Según los trabajadores, eso supondrá unos 5 millones sólo en lo que a 2011 se refiere. Sobre ello, la concejal de Medio Ambiente, Ana Navarro, precisó que el concepto de asistencia técnica es de 2,1 millones de euros (más 18% de IVA), a lo que sumar un beneficio para la parte privada de unos 650.000 euros.

Los concejales de IU abundaron ayer en este aspecto. Su portavoz en la Casona del Parque, Pedro Moreno Brenes, informó de que según los datos de los que dispone, desde 2004 los socios privados han obtenido unos beneficios superiores a los 44 millones de euros (más de 37 por el mecanismo explicado de compensación por desequilibrio financiero), a lo que añadir las cantidades obtenidas en concepto de asistencia técnica y costes de estructura y costes financieros, lo que eleva la cifra a más de 50 millones.

La huelga indefinida fijada para dentro de diez días, plazo suficiente para que las posturas hoy equidistantes se acerquen, sería la tercera que sufriría la ciudad desde que se adjudicó a esta alianza empresarial el contrato de limpieza. Antes, dos imágenes inolvidables para los miles de vecinos que padecieron el paro, las de los años 2001, en plena Feria de agosto, y 2002. Y entre tanto, otras amenazas de huelga que quedaron en nada tras la intervención del Ayuntamiento.

Precisamente, la acción del alcalde en 2003, después incluso de amenazar a sus socios privados con la rescisión del contrato, es lo que abrió la puerta a que FCC, Urbaser y Sando consolidasen su posición de privilegio. A cambio elevar el salario de los trabajadores un 5%, reclamación de los operarios para no ir a la huelga, el alcalde se vio obligado a asumir parte de ese incremento garantizándole a los socios nuevas compensaciones.

Pero ¿ha servido esa compensación para tranquilizar la situación? En el último lustro, la ausencia de grandes fricciones ha sido el denominador común. Hasta ahora, cuando la crisis económica ha hecho saltar las posiciones y el aparente sosiego ha dado paso de nuevo a la tensión entre las partes. Y, de nuevo, Limasa vuelve a ser la china en el zapato del alcalde.

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