Ayer fue un día de cambios y despedidas en la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga. La noticia adelantada el pasado lunes por la noche d el nombramiento de la que sería la sustituta de la hasta ayer delegada del Gobierno andaluz, María Gámez, para dedicarse de lleno a su carrera como candidata socialista a la Alcaldía de la capital, se hizo realidad ayer durante el Consejo de Gobierno, que confirmaba a la delegada provincial de Medio Ambiente, Remedios Martel, como su nueva máxima representante en la provincia.

Con emoción y nerviosismo, Gámez se despidió ayer de los periodistas a los que les confesó que aunque su salida era esperada "no puedo ocultar que es un día emocionante y agridulce porque uno deja atrás lo que ha hecho, lo que ha vivido y sobre todo a las personas, con quien he compartido momentos intensos".

A pesar de que reconoció que había vivido una legislatura "atípica" por los recortes presupuestarios a los que había obligado la crisis, dijo estar "satisfecha" por haber conseguido mantener las prestaciones sociales y las grandes inversiones en la ciudad y "ver como el Metro no ha parado o como el Palmeral de las Sorpresas se abrió".

Aunque la candidata del PSOE a la Alcaldía de Málaga también aseguró dejar el cargo con la espinita clavada de no haber podido dar "mayor impulso" a proyectos como el megahospital, el corredor ferroviario o el parque previsto en los terrenos de Arraijanal. Pero señaló que son proyectos "apuntalados que estoy segura que verán la luz".

Sobre la relación que ha mantenido con el resto de las administraciones, la ya ex delegada de la Junta en Málaga aseguró que ha procurado poner su "granito de arena para que fuera marcada por el mejor tono posible", por lo que insistió en que se va "con ese buen sabor de no haber participado en crispación y de haber mantenido la cordialidad y el lenguaje sereno como forma de hacer política".

La labor realizada por Gámez es la que la nueva delegada del Gobierno andaluz en Málaga, Remedios Martel, aseguró que continuará y recalcó su compromiso de "poner en valor todo ese trabajo que se ha venido haciendo durante la legislatura para reforzar ese sentimiento de una Málaga potente, fuerte y de futuro".

Martel afronta este momento "con muchas energías" pese a las especulaciones sobre las divisiones internas que existen en el partido, ya que consideró que "a los socialistas lo que nos defiende es nuestra gestión y nuestras políticas aplicadas a los ciudadanos".

Aunque su nombre no era el que más sonaba en la quiniela de posibles sustitutos de María Gámez, dijo sobre su nombramiento que ha sido "una decisión de última hora, pensando que quizá yo pueda desarrollar ese trabajo", pero insistió en que cualquiera de los otros nombres que se barajaban "podían ser absolutamente adecuados para seguir adelante con el trabajo que se estaba desarrollando al frente de la Delegación de Gobierno".

El recién nombrado delegado provincial de Medio Ambiente, Francisco Fernández España, también manifestó ayer que su nuevo cargo es un "reto", que afrontará "con enorme satisfacción" y en el que pretende seguir  la misma línea de actuación llevada a cabo por su antecesora porque "ha hecho una muy buena labor".

Tras su nombramiento en el Consejo de Gobierno de la Junta, Fernández España presentó su dimisión como diputado provincial en el pleno del ente supramunicipal, institución de la que ha formado parte durante nueve años y en la que será sustituido por la concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Algarrobo Francisca López.

El nuevo responsable de Medio Ambiente de la Junta en Málaga también renunció a su acta de concejal en el Ayuntamiento de Almáchar, donde ha ejercido como edil durante 20 años, 16 de ellos como alcalde.