Málaga

Matrículas universitarias a siete euros

  • La bonificación de las tasas sorprende a los estudiantes, que aplauden la medida, pero creen que debe pulirse para que premie el esfuerzo

Cerca de 25.000 alumnos de la Universidad de Málaga (UMA) no tendrán que pagar este curso los costes de su matrícula. La bonificación del 99% de las tasas de los estudiantes de segundo curso en adelante, anunciada por la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en junio y formalizada en un decreto el 14 de julio, ha sido finalmente una sorpresa para el alumnado. La novedad también ha llegado con desconcierto a modo de guarnición porque el sistema es nuevo y prácticamente no ha dado tiempo a pulirlo.

Juan Bosco Bascón y sus amigos de cuarto de Medicina -con la excepción de los que han disfrutado de beca- han desembolsado 2.250 euros por los tres años de la carrera que ya han cursado. Sin embargo, por los tres que les restan para terminar pagarán menos de 30 euros (a razón de poco más de siete euros por curso). Admiten que habían "oído algo" sobre la gratuidad de las matrículas este verano, pero que no ha sido hasta ahora, al formalizar los documentos, cuando se han dado cuenta de que "era verdad". Sorpresa para ellos y sorpresón para los padres. "Está muy bien", apunta José María Cervera, también de la misma pandilla estudiantes de cuarto de Medicina . No obstante, señalan que una decisión tan significativa "no se haya sabido difundir. Se ha ido extendiendo a través de la Delegación de Alumnos y por el boca a boca, pero no se ha explicado bien". Cristina Cardeñas es explícita: "Nadie sabe mucho del tema. Llamas a Becas y te dicen que vengas a la Facultad, pero aquí te dicen que no tienen nada que ver", puntualiza.

La UMA articulará ayudas para que los becarios no resulten castigados

Adela Carrasco y su amiga Alba aguardan su turno en la cola de la secretaría de Medicina porque en la guía de matriculación "no queda claro si tienes que hacer algo o no para que te bonifiquen las tasas. Es arriesgado. Te puedes quedar fuera de la carrera por un clic", lamentan.

A grandes rasgos el asunto se ha resuelto simplemente exigiendo a los alumnos una declaración jurada -los centros tienen formularios ad hoc- para dejar constancia de que no reúnen los criterios económicos o académicos para ser beneficiarios de las becas generales del Ministerio de Educación. Aquellos estudiantes que alcanzan los requisitos académicos (aprobado general o 6,5 en el expediente con un porcentaje de créditos aprobados que oscila entre el 70 y 90% según el área de conocimiento) y económicos para tener beca no tienen bonificada la matrícula porque ese coste lo asume el Ministerio.

El grupo está de acuerdo en que la gratuidad de hecho de los estudios universitarios, porque se bonifica el 99% del coste de las tasas, es "un punto de partida en la buena dirección, pero no suficiente". Álvaro Gómez coincide con su compañero Juan Bosco Bascón en que no se reconoce "el esfuerzo y el mérito". También es cierto que ser alumnos de un grado tan exigente como Medicina, al que ya llegaron con un sobresaliente en su expediente, imprime carácter y explica en gran medida ese interés porque se compense el trabajo duro.

Indican que el esfuerzo por conseguir matrículas de honor se queda "sin reconocimiento. Ahora da igual tener un cinco o un nueve. Hacen falta otros incentivos para premiar el trabajo". Este aspecto es un tanto espinoso. Ignacio Rodríguez Vergara precisa que sí existe reconocimiento al trabajo "porque solo te bonifican los créditos que apruebas, pero tú debes pagar los que suspendes".

Otro asunto que ponen de relieve es la situación de desventaja en la que quedan los becarios del Ministerio a los que se exige aprobar todas las materias o tener un 6,5 en el expediente si puntualmente les queda alguna asignatura pendiente, mientras que el resto de los estudiantes tienen bonificaciones por créditos aprobados sin tener que superar un mínimo de asignaturas. El asunto es un aún un poco más calloso porque las asignaturas de las que se examinan los becarios a partir de la segunda convocatoria la deben asumir a precios agravados. Este es el caso, por ejemplo de Marina Carmona, que tiene previsto examinarse en noviembre de dos asignaturas.

Para minimizar lo que a primera vista parece un castigo a los mejores, la Universidad de Málaga ha decidido articular una convocatoria en su programa de becas propias para que los becarios "no queden en inferioridad de condiciones frente al resto de los estudiantes", según puntualizó ayer el vicerrector de Alumnos, Francisco Murillo.

La UMA dispone de una línea propia de becas valorada en 900.000 euros (250.000 aportados por la Junta de Andalucía y 750.000 procedentes de las arcas académicas). Estas ayudas suplementarias para los becarios se adscribirán a este programa, de acuerdo con las explicaciones aportada por Murillo. El importe que recibirán será la diferencia entre la bonificación que hubieran obtenido de no ser becarios y el coste de las tasas asumidas por el Ministerio de Educación.

El vicerrector también aclaró que se han adoptado otras medidas dirigidas a facilitar el proceso de matrícula que coincide en el tiempo con los exámenes de septiembre, de modo que hay alumnos formalizando la documentación administrativa sin conocer todavía si han aprobado o no. La UMA se compromete en primer lugar a no pasar a cobro el primer recibo de la matrícula de aquellos que la trocean en ocho plazos hasta que no estén las actas con las calificaciones. En segundo lugar, los estudiantes que prefieran en pagar dos veces tienen hasta el 31 de octubre para realizar el primer desembolso. En resumen, se trata de que no se tengan que asumir costes antes de conocer si tienen derecho o no a bonificación. "Si a pesar de todo alguno paga antes y después vemos que tiene derecho a bonificación, la universidad le devolverá de oficio el dinero, sin que tenga que reclamarlo".

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