Málaga

Medir la radiación de los móviles es un buen negocio

  • La empresa malagueña AT4 Wireless es uno de los líderes mundiales en su sector, tiene laboratorios en Málaga, EEUU, Taiwán y Chile y elevó sus ventas un 40% el año pasado

Un teléfono móvil, un ordenador, un televisor, un microondas, la nevera, el MP3, los juguetes, el reloj despertador, la videoconsola, los paneles solares... Todos los productos electrónicos emiten una radiación que hay que medir para que no sea nociva para el ser humano y que no interfiera en el funcionamiento de otros aparatos. Esa medición se realiza en laboratorios especializados y Málaga cuenta con uno de los más importantes del mundo en el Parque Tecnológico de Andalucía. La empresa que lo gestiona se llama AT4 Wireless y es completamente andaluza, hasta el punto que el 49,4% del capital pertenece a la Junta de Andalucía y el 51,6% restante a Sando, Banca Cívica y Grupo Ayesa.

Sus números avalan su peso internacional. Tiene clientes en todo el mundo -el 80% de sus ventas se producen en el extranjero- y posee laboratorios altamente especializados en Málaga, EEUU, Taiwán y Chile empleando a un total de 360 personas de forma directa, siendo la gran mayoría ingenieros de telecomunicaciones, informáticos y físicos. El grupo facturó el año pasado 30 millones de euros, un 40% más que en 2010, y ese fuerte incremento se debe, según Luis Fernando Martínez, director general de la empresa, "al resultado de una política muy agresiva basada en la realización de inversiones en I+D y en infraestructuras". Como prueba, AT4 Wireless invirtió solo el año pasado 8 millones de euros en abrir su nueva sede en Chile y la adquisición de equipamiento. "La clave es seguir apostando por los mercados exteriores y por la innovación", añade Fernando Hardasmal, subdirector de la compañía.

En Europa solo hay dos laboratorios acreditados por Wifi Alliance para realizar mediciones de equipos wifi y uno de ellos es el de AT4 en Málaga. El otro está en Alemania y hay en torno a una docena en todo el mundo, es decir, millones de aparatos que llevan un sistema wifi incorporado y que se comercializan en todo el planeta han sido probados en Málaga. A eso hay que añadirle que la empresa malagueña ha fabricado un equipo, llamado BITE, que mide equipos de radio 2G, 3G y bluetooth y es utilizado por ellos mismos y por otros laboratorios internacionales. "El 80% de los dispositivos electrónicos con bluetooth que se venden en el mundo se han probado con este sistema", afirma Hardasmal.

La sede del PTA dispone de varios laboratorios y cada uno tiene su función. Hay uno de grandes dimensiones, que está formado por 1.000 conos de gomaespuma sumergida en carbón con componentes ignífugos, en el que se mide la radiación electromagnética de aparatos de gran tamaño. "Pueden entrar productos de hasta seis toneladas. Hemos probado coches y lo más pesado que hemos medido fue una cámara militar de 4,5 toneladas", explica el subdirector de la compañía.

En otra sala se registra el efecto radioeléctrico sobre los humanos mediante un líquido. La potencia máxima absorbida que permite la legislación vigente es de 1,6 vatios por kilogramo, una cantidad que los expertos consideran mínima y totalmente inofensiva para el cuerpo humano. Eso sí, nadie sabe o, al menos, nadie dice públicamente a partir de qué potencia sería realmente peligroso. "Los médicos son los que tienen que decir si la radiación afecta al ser humano. Los ingenieros solo hacemos mediciones", subraya Martínez.

En esta empresa malagueña han testado todos los productos electrónicos pasados, presentes y futuros. En estos momentos están inmersos en la medición de dispositivos LTE (Long Term Evolution), popularmente llamado 4G. A diferencia del 3G actual, este nuevo sistema permitirá descargarse contenidos a una mayor velocidad y visualizar cualquier película o la televisión a través del móvil, la tableta o el ordenador sin cortes. Los directivos de AT4 Wireless destacan que ya se han empezado a comercializar los primeros productos con tecnología 4G en EEUU, Japón y algunos puntos de Europa, aunque su implantación total no será rápida porque los operadores de telecomunicaciones están haciendo pruebas y porque resulta muy costoso, ya que hay que cambiar la mayoría de las antenas existentes.

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